jueves, noviembre 21

El Papa emprende el tercer viaje internacional del año

El Papa emprende mañana su tercer viaje internacional del año, aún marcado por la pandemia, y vuelve a elegir dos pequeños países Chipre y Grecia, con una parada en la isla de Lesbos, que representan las fronteras de Europa con Oriente y a cuyas puertas llaman los migrantes que huyen de la guerra y el hambre.

Cinco días, nueve discursos, dos homilías y un Ángelus: son algunos de los números que marcan el próximo viaje de Francisco que comenzará mañana y concluirá el 6 de diciembre y en el que estarán muy presenten las restricciones por el Covid, ya que los eventos serán limitados en su aforo y será obligatorio el pase sanitario para poder acceder.

“Las autoridades locales han tomado todas las medidas posibles, que son similares a las de Italia”, aseguró el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, quien añadió que “la situación en Chipre es más estable, mientras que en Grecia hay en un ligero repunte como en Italia y en algunas situaciones en las que no será posible controlar el certificado sanitario, como, por ejemplo, en el encuentro con los jóvenes, se realizarán pruebas rápidas para permitir el acceso”.

CHIPRE Y LA HERIDA ABIERTA DE LA DIVISION

“La reunificación de Chipre ha sido durante mucho tiempo una herida abierta, no será ignorada”, dijo Bruni, recordando que el Vaticano “apoya todos los esfuerzos para fortalecer las conversaciones bilaterales, que son la única solución para la isla y sus habitantes”.

Francisco hará referencia, aunque de manera muy diplomática y animando al diálogo, al llamado “ultimo muro de Europa”, el que divide Chipre y su capital Nicosia tras la invasión en 1974 de Turquía, que ocupó un tercio de la isla y que en 1983 proclamó como República Turca del Norte de Chipre (RTNC), aunque solo Ankara la reconoce como legítima.

La ocasión será durante el discurso a las autoridades en el Salón de Ceremonias del palacio presidencial, tras su primer acto, cuando a su llegada encontrará a sacerdotes, religiosos, diáconos, catequistas, asociaciones y movimientos eclesiales en la catedral maronita de Nuestra Señora de las Gracias.

Los católicos en este país no llegan al 1 % de la población y los maronitas apenas rozan los 8.000, por lo que esperan que la visita del papa les ayude a conservar su cultura.

La jornada siguiente, el viernes 3 de diciembre, Francisco iniciará uno de los objetivos de este viaje: relanzar el diálogo con la iglesia ortodoxa. Para ello se reunirá con Jrisóstomo II, arzobispo ortodoxo de Chipre, en el palacio arzobispal y después seguirá un encuentro con el Santo Sínodo en la catedral ortodoxa de Nicosia, al que el papa dirigirá un discurso.

Luego celebrará una misa en el “GSP Stadium” para la pequeña comunidad católica, formada sobre todo por trabajadores inmigrantes y por la tarde, una oración ecuménica con los migrantes en la iglesia parroquial de la Santa Cruz de Nicosia.

En este país, la llegada de refugiados ha aumentado sensiblemente en los primeros diez meses del año, con un total de 10.868 inmigrantes irregulares, lo que supone un 38 % más que en todo 2020. Es el país que más refugiados recibe en comparación con su población y la mayoría llega a través de la llamada linea verde que divide la parte turcochipriota.

EL PAPA VUELVE A LESBOS PARA HABLAR DE MIGRANTES

El sábado, 4 de diciembre, el papa viajará a Grecia, un país que visitó Juan Pablo II en 2001, y comenzará la jornada con la visita de cortesía a la presidenta de la República y después habrá un encuentro con el primer ministro y después su discurso a las autoridades.

Además de un encuentro con el arzobispo de Atenas, Jerónimo II y con el clero local que asiste a una comunidad de cerca 300.000 personas, también la mayoría migrantes, el momento más importante del viaje será su visita a Lesbos.

“En Lesbos me acercaré a una humanidad herida en la carne de tantos migrantes en busca de esperanza. Les pido, por favor, que me acompañen en la oración”, dijo hoy Francisco durante la audiencia general.

Francisco regresa a Lesbos, cinco años después de su histórica visita en un momento dramático para la isla donde se hacinaban más de 10.000 personas en el campo de Moira.

El pontífice visitará el nuevo campo de Mavrovouni, donde hay cerca de 2.500 migrantes que viven en condiciones algo mejores, aunque lamentan que con la justificación de la pandemia pueden salir del recinto sólo pocas horas a la semana. Desde aquí Francisco, volverá como hace cinco años, a realizar un llamamiento a la acogida a Europa.

Por  Agencia