El nuevo primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, se pone de largo este jueves ante los países europeos en la cuarta reunión de la Comunidad Política Europea (CPE), un foro concebido para que los líderes del continente se vean cara a cara fuera del paraguas de la UE.
Se espera que unos 45 jefes de Estado y de Gobierno -con alguna sonada ausencia como la del turco Recep Tayyip Erdogan- participen en la cita en el Palacio de Blenheim, cerca de Oxford, en la que Ucrania, la inmigración y la defensa centrarán la agenda oficial.
El carácter informal de la reunión favorece, por un lado, que sea el escenario ideal para un buen número de entrevistas bilaterales y corrillos en los que los líderes comparten sus posiciones sobre los grandes asuntos de actualidad.
Pero ese mismo formato no institucional -ni siquiera se genera el clásico comunicado final que recoge los acuerdos alcanzados- supone, a juicio de los expertos, una debilidad que dificulta que las palabras se traduzcan en acciones concretas.
La reunión fue anunciada en marzo por el anterior Gobierno conservador de Rishi Sunak, pero la convocatoria de elecciones anticipadas el 4 de julio puso en duda su continuidad.
Según revelaron a EFE fuentes diplomáticas, conservadores y laboristas acordaron antes de los comicios que, fuese cual fuese su resultado, la cita seguiría adelante, lo que ha ofrecido a Starmer un puente de plata para presentarse en sociedad ante sus pares europeos solo dos semanas después de haber obtenido una apabullante victoria en las urnas.
Concebida por el presidente francés, Emmanuel Macron, en 2022 para dar cabida en la conversación a países extracomunitarios, la CPE volverá a tener en Ucrania el principal centro de sus trabajos, con la esperada presencia del mandatario de ese país, Volodímir Zelenski, en el palacio de Blenheim.
Cambio de tono
El ucraniano compartirá en esta ocasión los focos con Starmer, que pretende demostrar que el Reino Unido será un socio más fiable y responsable bajo el Gobierno laborista.
“Hay un cierto cambio de tono, hacia una mayor humildad (…). El momento de esta CPE es perfecto para los laboristas. Sunak le ofreció un buen regalo a Starmer poniendo las elecciones cuando lo hizo”, dijo en un reciente coloquio Catherine Barnard, profesora de Derecho Comunitario y experta del laboratorio de ideas UK In a Changing Europe.
Según Downing Street, sede del Ejecutivo británico, el Reino Unido busca una colaboración más estrecha para abordar la inmigración ilegal y una mayor cooperación en seguridad y defensa con otros países europeos.
Con ese objetivo, se ha invitado por primera vez en la CPE a representantes de la OTAN, la OSCE y el Consejo de Europa.
Sin embargo, la ausencia de Erdogan priva a la reunión de un elemento clave a la hora de diseñar una política europea coordinada, especialmente frente a la amenaza de Rusia.
A juicio de la directora del IE Global Policy Center, Ilke Toygür, la no participación del presidente turco “quita de la ecuación a un miembro importante de la ecuación”, ya que Turquía fue, junto al Reino Unido, “una de las razones clave de que se crease esta plataforma”.
Citas rápidas
Starmer abrirá esta noche, con una entrevista bilateral con su homólogo irlandés, Simon Harris, un baile de breves encuentros que ha sido comparado irónicamente con un evento de ‘citas rápidas’ (peed-dating).
Lo único que ha trascendido oficialmente de esos cara a cara es que el primer ministro británico mantendrá una cena con Macron en el mismo lugar de la cumbre tras su finalización.
Tras una hora y media para llegadas y primeras bilaterales, se celebrará una sesión plenaria, que dará pase a diferentes mesas redondas temáticas, antes de cerrar la agenda oficial con un plenario de clausura a primera hora de la tarde.
Existe expectación por ver el desarrollo de la rueda de prensa final, que tradicionalmente ofrecen el actual anfitrión y el de la siguiente cita, que en este caso será el húngaro Viktor Orbán, que organiza la próxima CPE en noviembre.
Starmer y Orbán mantienen posiciones diametralmente opuestas en asuntos tan relevantes como Ucrania o la posible victoria de Donald Trump en EEUU.
En la última cumbre, celebrada en Granada (España), esa rueda de prensa final ya tuvo que ser cancelada por las discrepancias entre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el entonces primer ministro británico, Rishi Sunak.
Por: Agencias / Foto: Cortesía