En el barrio Ezequiel Zamora, al sur de Valencia, todos están consternados. Tenían a un “monstruo” de vecino, rodeado de un montón de presas: niños y adolescentes. El sujeto, quien se salvó de ser linchado, fue privado de libertad este martes tras ser descubierto por haber abusado de varios menores de edad.
El caso ha desatado varias protestas en la ciudad. La mañana de este miércoles, miembros de la comunidad organizada se concentraron a las afueras de la casa donde vivía el depredador, para luego salir hacia La Isabelica, donde esperaban darle a conocer lo sucedido al fiscal general Tarek William Saab, quien estaría en esa zona en una actividad, reseñó El Carabobeño.
Todo salió a la luz luego de que unos jovencitos, quienes ya sospechaban de los abusos que cometía el hombre de 38 años, armaron el plan de reunirse juntos y consumir licor hasta embriagarlo y revisarle el teléfono, donde encontraron videos en los que se apreciaban al hombre presuntamente abusando sexualmente de un adolescente de 13 años y una menor de 14, aunque en el audiovisual estaba más pequeña. Ellos avisaron a unos adultos.
“En el video, a la niña se le veía la cara como si estaba drogada. Estaba mucho más pequeña. Desde hace un tiempo, ella empezó con convulsiones, ahora creemos que tal vez sería a raíz de que la drogaban. Queremos que ese hombre pague por todo lo que hizo”, dijo la abuela de una de las víctimas, de 14 años de edad.
Al parecer, otro niño también contó que se sintió mal luego de tomar agua que le diera de beber “El Monstruo», aunque se desconoce si éste sería otro de los perjudicados.
En varias ocasiones, la policía visitó la casa del sujeto, por presuntamente haber sido denunciado por el mismo caso. Una de esas oportunidades sería cuando una vecina se dio cuenta que el hombre fue a buscar a unas niñas y les ofreció dinero. La mujer los siguió y vio cuando metió a la menor a la casa, pero como no hubo evidencias, no pasó más nada. Seguía libre y captando a más víctimas.
Según relatan los vecinos, “El Mostruo” se mostraba como un hombre tranquilo, aunque ahora entienden varias cosas: por qué se hacía muy amigo de familias donde habían muchos niños y por qué el padre del hombre murió de forma repentina.
Mientras lo mantenían en custodia policial, supuestamente, el depredador habría confesado que habría envenenado a su papá, un hombre que, según los vecinos, gozaba de buena salud y hace siete meses murió en su casa de manera repentina, al parecer, de un infarto.
El padre había regresado a Venezuela, luego de ocho años de haber migrado, por lo que presumen que “El Monstruo” se quiso deshacer de él debido a que no podía cometer sus fechorías a sus anchas. El caso no fue investigado en su momento y se desconoce si abrirán una averiguación al respecto. Esto tampoco fue confirmado por ninguna autoridad.
“Cuando me enteré, lo primero que hice fue agarrar a mi hijo y preguntarle. Tenemos miedo, No sabemos cuántas víctimas más hay ocultas, pero que no dicen nada por temor, por vergüenza. Esto no es fácil vivirlo”, comentó Yumar Ochoa, vecina del sector.
Más de 17 años captando víctimas
Mientras este martes, familiares y vecinos de la comunidad estaban en los tribunales, habría llegado una joven de 24 años de edad, quien era hijastra del “El Mostruo”. Tras 17 años rompió el silencio: ella también había sido una de las niñas abusadas desde los 7 hasta los 10 años. Era un abusador sexual en serie. Se cree que hayan al menos unas 15 víctimas.
La joven nunca habló por temor, pero al ver la foto del sujeto a quien señalaban de abuso decidió ir a los tribunales para apoyar a las otras víctimas.
El hombre fue privado de libertad y se espera que la Fiscalía investigue el caso en los próximos 45 días. Las familias exigen pena máxima y que sea enviado al nuevo penal de Tocuyito ante el peligro de fuga. Sin embargo, fue cambiado el sitio de reclusión de la estación policial Canaima de la Policía de Carabobo para Mariara. Al parecer fue para poner en resguardo al detenido, debido a que los demás reclusos pretendían accionar en contra del depredador.
Por Agencia