Cuando Clàudia Riumalló se despierta, no tarda mucho en saber dónde está. Desde su ventana se ve el estadio Johan Cruyff de la ciudad deportiva del FC Barcelona, donde un día sueña triunfar con el primer equipo de fútbol femenino.
No va por mal camino: esta delantera de 18 años que empezó entrenando con niños es una de las nueve pioneras que ingresó esta temporada en La Masía, el exitoso centro de formación que es también una marca mundial y donde crecieron Messi, Iniesta o el flamante entrenador del Barça, Xavi Hernández.
Desde su apertura en 1979, entonces en una antigua casa rural junto al Camp Nou, La Masía nunca había tenido mujeres residentes. Pero hace tiempo que el Barça femenino viene empujando la puerta, hasta derribarla con la Champions, la Liga y la Copa de la Reina que ganó la temporada pasada.
«Este año nos han puesto La Masía, que es un regalo«, celebra Clàudia, quien durante años tuvo que viajar una hora en coche desde su pueblo de Girona (noreste) para poder entrenar con chicas. Tras pasar por el Espanyol, ahora juega en el Barça B, y por las tardes estudia química en la universidad.
Sacudido por una grave crisis económica y por la repentina marcha de Messi, las últimas alegrías del fútbol azulgrana las han traído las mujeres. Al triplete de la última temporada se suma el reconocimiento a su capitana, Alexia Putellas, elegida mejor jugadora UEFA del año, y nominada ahora también, junto a otras cuatro compañeras, al Balón de Oro.
«Es una responsabilidad muy grande porque somos las pioneras, pero también es bonito saber que eres de las primeras en entrar a La Masía«, cuenta ilusionada Laura Coronado desde el jardín del centro, en las afueras de Barcelona. A esta portera de 18 años, y estudiante de Dietética, ni la lesión de menisco de la que se recupera le quita el ímpetu.
Camino lento
Su foto, como la de los otros 105 internos -procedentes de los cinco deportes profesionales del club- cuelga ahora del vestíbulo de esta moderna residencia que en 2011 tomó el relevo de la original. Aquí entró con once años y sigue viviendo Gavi, que sin haber cumplido aún los 18 es la gran esperanza de este Barça hundido, junto con Ansu Fati, también exresidente de La Masía.
«Lo bueno que tenemos en este club es que el espejo es muy sencillo«, explica Markel Zubizarreta, mánager del fútbol femenino. «Sólo tenemos que ver la parte del masculino para ver hacia dónde tenemos que ir«.
En el camino hacia la zona de descanso, donde están el futbolín y el billar, un recordatorio: el mural en homenaje al Levante-Barça del 25 de noviembre de 2012. Una victoria más (0-4) de aquella Liga que ganarían los azulgrana, pero un hito para La Masía, ya que el Barcelona jugó gran parte del encuentro con once canteranos. Como su entrenador aquel día, el fallecido Tito Vilanova.
Por entonces aún era difícil imaginar que el femenino daría tantas alegrías a un Barça que se comía el mundo, en otra galaxia del actual, pero la presencia de las mujeres en el fútbol está en pleno desarrollo.
En 2020 había 77.400 jugadoras con licencia en España, un 7,2% del total de los futbolistas federados, según estadísticas del Ministerio de Deporte. Una cifra todavía muy pequeña, pero en clara evolución respecto a 2011, cuando eran solo 36.200, y un 4,3% del total.
«Hay muchas cosas aún que faltan, como la profesionalización en la Liga«, indica Coronado. «Los sueldos sabemos que no se van a llegar a igualar, pero sí que nos gustaría poder vivir más cómodamente del fútbol, y para eso estamos luchando«, añade.
Pese a que el Consejo Superior de Deportes aprobó profesionalizar la Liga femenina en junio, las negociaciones para hacerla efectiva están siendo complejas.
Por todas
Como muchas de su edad, la defensa del primer equipo Jana Fernández empezó jugando con chicos. A los seis convenció a sus padres para que le apuntaran al equipo de su pueblo y hasta los doce, ya en el Barça, no supo lo que era compartir un vestuario con compañeras. Aunque cursó el Bachillerato en La Masía, en su generación todavía no había plazas para mujeres.
Con 19 ya ha levantado un triplete, pero el camino no ha sido fácil.
«Se lo recuerdo mucho a las chicas que están ahora, que lo aprovechen mucho porque a mí me hubiese encantado estar aquí«, explica esta defensa que compagina el fútbol profesional con la carrera de Publicidad.
El deporte femenino ha dado un gran salto en los últimos años, pero todavía queda mucho por hacer.
«Queremos luchar por conseguir cada día más cosas, por las que estamos y por las que vendrán«, lanza Jana con una sonrisa.
Por Agencia