martes, noviembre 5

Ejército colombiano: Pasamos cerca de 100 metros de los niños desaparecidos en la selva

Hace 29 días se inició la búsqueda de cuatro niños que presuntamente están desaparecidos en las selvas del Guaviare y Caquetá, luego de que el avión monomotor en el que viajaban en compañía de su madre se precipitó dejando un saldo de tres personas muertas.

Este lunes 29 de mayo el Ejército dio una noticia que permite tener la esperanza de que los cuatro hermanos indígenas podrán ser encontrados con vida. El Brigadier General Pedro Arnulfo Sánchez Suárez, comandante Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares confirmó que la Operación Esperanza, está bien encaminada ante el hallazgo de nuevas pruebas de supervivencia, reseñó El Tiempo.

“Creemos que hemos pasado a unos 200 ó 300 metros de ellos. Hemos encontrado evidencias y hemos corroborado con los GPS, como cuando hallamos los dos pañales, uno usado, que pasamos a cerca de 100 metros de ellos. Pero es que allí a 20 metros ya no se ve nada”, afirmó el general Sánchez.

Cabe recordar que el primero de mayo pasado, en el avión Cessna los cuatro hermanos viajaban en compañía de tres adultos uno de ellos su mamá- desde Araracuara hacia San José del Guaviare.

En diálogo con Colombia Hoy Radio, el general reveló que fueron encontradas nuevas pruebas de su supervivencia, como huellas, y que constatan que cambiaron de rumbo hacia el norte.

“Sí, encontramos recientes huellas, con el trabajo de nuestras comunidades indígenas y nuestros comandos. Creemos que estamos muy cerca. Hay un caño El Arará, que desemboca en el río Ariari, hacia el norte; y hacia el suroccidente otros afluentes que desembocan en el río San Jorge. La probabilidad más alta es que fueran hacia el río San Jorge; allí no hay comunidades, es una zona totalmente virgen. Creemos que cambiaron de rumbo hacia el norte y al oriente y los indicios nos dicen que irían hacia el río Apaporis. Así se achica la búsqueda con nuestros 119 comandos y 72 indígenas”, precisó el alto mando militar.

El General añadió que los niños se siguen moviendo en una región tan extensa, en kilómetros cuadrados, como ir hasta Quito, Ecuador y devolverse, por instinto de supervivencia, ya que es una zona con presencia de animales peligrosos, como serpientes y depredadores.

“Nuestros hombres han recorrido 1.250 kilómetros, que es como ir de Bogotá hasta Quito y regresar hasta Pasto. Nuestros hombres no se cansan, no en su corazón ni en su alma”, dijo.

¿Cómo es la búsqueda de los niños?

Los cuatro hermanos indígenas se buscan por tierra, pero también por aire. Según el Ejército, se hace perifoneo, distribución de volantes y kits de supervivencia. Además, se desplegaron aeronaves que detectan calor y otras más que toman fotografías de 30 centímetros a nivel del suelo y satélites que contribuyen con generar información de calidad y de primera mano.

“No vamos a terminar esta operación hasta que la terminemos o hasta que la lógica lo diga. Ellos están vivos; si estuviesen muertos hubiese sido más fácil encontrarlos porque estarían estáticos y los caninos de la búsqueda los hubiesen detectado por olores”, remarcó.

El General Sánchez también descartó que los menores se encuentren en poder de algún grupo armado ilegal que tiene presencia en la zona.

“Las evidencias nos indican que muy seguramente no están con algún grupo armado narcocriminal, pero sí hay presencia de estos en la zona. A 2,8 kilómetros de donde ocurrió el accidente —al oriente y a orillas del río Apaporis— encontramos un campamento narcocriminal abandonado hace año y medio donde hacían labores para atacar a la población más vulnerable. Allí delinque la estructura primera del grupo narcocriminal de alias Iván Mordisco”, agregó.

Explicó que también se analiza si los niños viajan acompañados por alguien más. “Las posibilidades existen, pero las evidencias muestran lo contrario. La probabilidad es muy baja solo hemos encontrado huellas de los menores talla 35, sin zapatos y creemos es la huella de la niña de 13 años que va descalza”.

El general Sánchez precisó que el trabajo mancomunado de todo el Gobierno y sus instituciones, como el ICBF, Aeronáutica Civil, UNGRD, y las Fuerzas Militares, y el apoyo de las comunidades indígenas, tiene su mayor fortaleza en la información de primera mano.

“Estamos articulados con células combinadas de búsqueda donde se unen los indígenas a nosotros y de esta manera multiplicar ojos, oídos, y hacer mayor presencia en la zona. Lo más importante es la información. Por eso la Línea #107, celular del Ejército Nacional, está habilitada para recibir información de la búsqueda de los niños y denunciar las acciones criminales en la zona”, puntualizó.

En este momento el área de búsqueda es de alrededor es de unos 30 kilómetros cuadrados. Ahora, no es como buscar una aguja en un pajar; es buscar una diminuta pulga en un inmenso tapete. Es un lugar supremamente inhóspito, pero mantenemos la fe intacta; nosotros abrazamos lo imposible y enfrentamos la adversidad.

 

Por Agencia