Nunca el régimen de Nicolas Maduro había actuado tan diligentemente como en el caso de la “narcoalcaldesa” del municipio Jesús María Semprúm del Zulia, Keyrineth Selenia Fernández Epieyu y la “narcodiputada” Taína González, ambas figuras relevantes del PSUV.
Es que les dio piquiña o hasta alivio, hundir a ambas representantes de su partido en la desgracia y en la vergüenza más profunda.
La velocidad que le imprimieron al proceso de detención, traslado, investigación, escarnio, juicio y despojo de la inmunidad, no hace más que llamar la atención y encender las alarmas de que algo olía mal en Miraflores y había que intentar taparlo a cómo hubiere lugar.
El 28/01 en horas de la tarde, en operativo de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en la población de Cumarebo, estado Falcón, fueron detenidos siete ciudadanos, entre los cuales se cuentan una alcaldesa y una diputada del PSUV, a quienes se le hallaron “seis envoltorios rectangulares tipo panelas de presunta droga con un peso de más de siete kilogramos”.
El 31/01, divulgaron videos del traslado de los detenidos, es decir, de la alcaldesa zuliana Keyrineth Fernández junto a la diputada Taina González, desde el estado Falcón a Caracas.
El primero en hablar fue Diosdado Cabello, quien rápidamente acusó a los detenidos de “pertenecer a una gran red de narcotráfico”.
Llegó el martes, y en horas de la medianoche, el Tribunal Supremo de Justicia ratificó, sospechosa y diligentemente, la detención de la alcaldesa, a quien acusó del delito de tráfico ilícito de sustancias estupefacientes y psicotrópicas. También le fue imputado «el delito de asociación, tipificado en el artículo 37 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo».
Ese mismo martes en la plenaria de la Asamblea Nacional ilegítima aprobaron por unanimidad la comunicación suscrita por el magistrado Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) mediante el cual solicitó la autorización a la Asamblea Nacional para el levantamiento de la inmunidad a la diputada Taina de los Ángeles González Rubio, en cumplimiento con el artículo 200 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con el Artículo 25 del Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional.
Ese día la AN ilegítima montó el gran show. Desde infeliz, traidora, pasando por delincuente y ladrona, calificaron a la, ahora, señalada como narcodiputada.
Un “asqueado” Jorge Rodríguez aprovechó el momento para decir, entre otras barbaridades que: “Irá a la cárcel si un diputado o una diputada incumple con su juramento y se convierte en un nauseabundo traidor o traidora. A la cárcel van a ir todas y todos que se desvíen del camino”, aseveró durante su intervención en la sesión de este martes….Hay ascos que no se pueden ocultar. ¿Cómo le veían los traidores y las traidoras la cara a Diosdado Cabello, jefe del Bloque parlamentario de la Revolución?”.
Y el psiquiatra, en su estado de histeria, insistió “tenemos que jurar que caiga quien caiga no existirá piedra donde se puedan esconder los corruptos, narcotraficantes, no puede haber impunidad. Cada uno de nosotros somos garantes de la dignidad de nuestros compañeros. Estoy seguro que si el presidente Nicolás Maduro pide castigo para los corruptos y narcotraficantes lo hace con la moral de quién ha enfrentado a ese cruel imperio; estoy seguro que este no será el último dolor, quizá no será el más fuerte”.
Y es por estas palabras, estas actuaciones y barbaridades que hablamos de efecto espejo, ese que sufre el régimen, precisamente por la manera en que abordó este escándalo y pretendió lanzar al foso de los leones a dos de sus voceras.
Y ¿qué es el efecto espejo?, pues sencillo, cuando lo que ves en los demás es un reflejo de ti mismo.
En su propio espejo se vieron Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello, Maikel Moreno, Nicolás Maduro, con este caso. O, ¿quiénes tienen sobrinos presos, convictos y confesos por tráfico de drogas en Estados Unidos?, ¿acaso les suenan los nombres de Efraín Campo Flores y Franqui Flores de Freitas? o ¿sobre quienes pesan carteles de búsqueda y recompensa por sus vínculos con el Cartel de los Soles?
Los mismos que hoy señalan a la narcodiputada y a la narcoalcaldesa, son esos mismos sobres quienes recaen sendas denuncias e investigaciones por sus vínculos con el narcotráfico y el terrorismo. De allí que levanta suspicacia estos repentinos golpes de pecho del régimen.
La gran verdad es que la vinculación del régimen de Nicolas Maduro con el narcotráfico no es nueva.
Investigaciones del Departamento de Estado de Estados Unidos aseguran que Nicolás Maduro; Diosdado Cabello; el exgeneral venezolano Hugo Carvajal y los disidentes de las Farc Luciano Marín Arango, alias ‘Iván Márquez’, y Seuxis Pacius Hernández, alias ‘Jesús Santrich’ participaban desde 1999 en una conspiración narcoterrorista entre el Cartel de los Soles y las extintas Farc.
Sostienen que el régimen benefició a la guerrilla con armamento y permitiendo sus operaciones en el territorio venezolano. El propio Maduro es acusado de liderar el Cartel, que coordinó a su vez el envío de cocaína a los Estados Unidos y negoció directamente los cargamentos con las Farc.
De allí que este nuevo caso de Taína González y Keyrineth Fernández es solo la punta del iceberg, que pone en evidencia la podredumbre que hay en todo el PSUV y el régimen.
Por: Lester Toledo.