De niño, Gustavo Dudamel jugaba a alinear muñecos como una orquesta de la que él era director. Esa idea de la música como diversión, evidente en la energía y la sonrisa con las que actúa, marca una carrera de éxito que suma otro acto con su nombramiento ahora como responsable musical de la Ópera de París.
Adrenalina y disfrutar. Así resumía Dudamel a Efe el secreto de una buena actuación en 2008 cuando, con sólo 27 años, triunfó dirigiendo a una orquesta de jóvenes en el sacrosanto Festival de Salzburgo, donde se atrevió a colar un mambo en el mismo recital donde había sonado antes Beethoven o Mussorgsky.
Aquel debut en Salzburgo de la Orquesta Simón Bolívar resume bien el carácter y la trayectoria del director de orquesta Gustavo Adolfo Dudamel Ramírez (Barquisimeto, 1981).
Música y justicia social
Su entusiasmo sigue siendo el mismo. Y a aquella orquesta, ahora la Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y de la que es aún director, la sigue reivindicando como la piedra fundacional de su arte y de su vida, pese a que sus críticas al régimen de Nicolás Maduro le mantienen alejado hace años del país.
Dudamel, hijo de un trombonista y de una profesora de canto, escuchaba en su casa tanto salsa como música clásica.
A través de su padre ingresó en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, el revolucionario programa de justicia social y desarrollo humano mediante la música que fundó en 1975 quien fue luego su mentor, José Antonio Abreu.
La iniciativa de Abreu, cuyo lema era que “la cultura para los pobres no puede ser una pobre cultura”, ha sido no sólo una cuna de talento, sino una alternativa de responsabilidad y disciplina, frente al crimen y la droga, para decenas de miles de niños y jóvenes venezolanos.
Aunque ahora venido a menos, “El Sistema” ha sido modelo de iniciativas parecidas en Colombia o Perú, y el propio Dudamel lo aplica en la Youth Orchestra Los Angeles, un programa formativo para jóvenes de familias sin recursos.
Un «Dude” en los Ángeles
Dudamel destacó pronto como un gran talento y llamó la atención de figuras internacionales como Claudio Abado o Simon Rattle, que en 2002 lo invitó a estudiar con la Filarmónica de Berlín. Dudamel tenía entonces solo 21 años.
El venezolano es desde 2009 director de la Filarmónica de Los Ángeles, en la que es conocido como “Dude”, un juego de palabras entre su apellido y la expresión inglesa que significa “tío” o “pana”, una muestra más de que, con Dudamel, la frescura y la juventud casan con la profesionalidad y el virtuosismo.
Ejemplos no faltan. Dudamel es un invitado habitual en el Festival de Salzburgo, sube a escenarios como la Scala de Milán o el Teatro Real de Madrid y actúa frecuentemente con la exigente Filarmónica de Viena, con la que en 2017 se convirtió en el maestro más joven en dirigir el Concierto de Año Nuevo desde la capital austríaca.
Y un Mozart en la jungla
Su aura de estrella de la música se ha afianzado con su participación en eventos muy populares, como la final de la Super Bowl, la final de la Liga de Fútbol Americano, o incluso con una breve aparición en la serie de Amazon “Mozart in the Jungle”.
En esa producción, el actor mexicano Gael García Bernal interpreta a un director de orquesta, un personaje inspirado en parte en el propio Dudamel.
No es su única relación con la pantalla. Dudamel ha sido el encargado de dirigir a la Filarmónica de Los Ángeles en la nueva versión del clásico West Side Story que el cineasta Steven Spielberg pretende estrenar a finales de año.
En lo personal, Dudamel tiene un hijo, Martín, con su expareja Eloísa Maturén, y en la actualidad vive entre Los Ángeles y Madrid, de donde es su esposa, la actriz española María Valverde.
En 2018, recibió la nacionalidad española.
Ruptura con Maduro
Menos contacto tiene con su Venezuela natal, desde que en 2017 rompiera su largo silencio sobre la situación política allí.
Como niño prodigio de “El Sistema”, ampliamente impulsado y financiado por el fallecido presidente Hugo Chávez, Dudamel evitó durante años pronunciarse sobre política, esgrimiendo su condición de simple artista.
Dudamel dirigió a la orquesta en la ceremonia fúnebre de Chávez en 2013. Pero en mayo 2017, ese silencio, criticado por muchos, quedó roto cuando Armando Cañizales, un músico de 18 años miembro de las orquestas juveniles, murió tras ser herido durante una manifestación contra el Gobierno de Venezuela.
En un mensaje titulado “Levanto mi voz”, Dudamel lanzó un “ya basta” e urgió a Maduro a rectificar y a escuchar “la voz del pueblo venezolano”.
“Nada puede justificar el derramamiento de sangre. Ya basta de desatender el justo clamor de un pueblo sofocado por una intolerable crisis”, exigió entonces.
El Gobierno reaccionó cancelando giras en el extranjero de “El Sistema” y el propio Maduro señaló al director como desleal a la causa: “Bienvenido a la política Gustavo Dudamel pero actúa con ética (…) que Dios te perdone por dejarte engañar”.
El músico no ha vuelto al país, ni siquiera para asistir en 2018 al funeral de su maestro Abreu, a quien sí homenajeo con dos conciertos desde Chile.
Por Agencia