jueves, noviembre 21

Disminuye la esperanza de una tregua en Gaza, donde Israel intensifica su ofensiva

La esperanza de un alto el fuego en Gaza, donde el ejército israelí intensificó sus operaciones contra Hamás el jueves, va en retroceso pese a la presión de Estados Unidos sobre Israel y el movimiento islamista palestino para que lleguen a un acuerdo.

Un nuevo ciclo de negociaciones entre Israel y los mediadores estadounidenses, cataríes y egipcios debe abrirse esta semana en El Cairo, aunque la cita aún no ha sido confirmada tras más de diez meses de una devastadora guerra.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, insistió el miércoles en la urgencia de alcanzar un alto el fuego en Gaza y una liberación de los rehenes en manos de Hamás, durante una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, según la Casa Blanca.

Estados Unidos es el principal apoyo de Israel desde el ataque de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre, que desencadenó una implacable ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza.

Pero la relación entre Biden y Netanyahu se ha enfriado, y el mandatario estadounidense ha instado a Israel que limite el número de víctimas civiles.

La oficina de Netanyahu insiste en cambio en que busca alcanzar «todos los objetivos de la guerra» y que esto requiere «asegurar la frontera sur» del territorio palestino con Egipto.

Hamás, que gobierna Gaza desde 2007, rechaza que se mantengan tropas israelíes en este sector del territorio, y acusa a Estados Unidos de haber incluido esta condición en su última propuesta de tregua la semana pasada, cuyos detalles no se hicieron públicos.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Anthony Blinken, concluyó el miércoles una gira en Oriente Medio y subrayó que Washington se opone «a una ocupación a largo plazo de Gaza por parte de Israel».

«Nuestros niños han muerto»

El movimiento islamista exige la aplicación del plan anunciado el 31 de mayo por Biden, el cual contempla una tregua de seis semanas junto a un retiro israelí de las zonas densamente pobladas de Gaza y la liberación de rehenes.

En una segunda fase prevé un retiro total israelí del territorio palestino.

Netanyahu ha repetido que continuará la guerra hasta lograr la destrucción de Hamás, considerado como una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.

El ejército israelí intensificó sus operaciones en el sur de la Franja, concretamente en Rafah y Jan Yunis, y en Deir al Balah, en el centro. «Decenas de emplazamientos con infraestructuras terroristas» fueron desmantelados y se eliminó «a más de 50 terroristas«, afirmó.

También hubo bombardeos en los campos de Nuseirat y Maghazi, en el centro, según señaló un portavoz de la Defensa Civil de Gaza, y enfrentamientos en el sur de Ciudad de Gaza, en el norte del enclave.

«Israel lucha por su pueblo y Hamás lucha por su pueblo. Ya basta, cada parte debe ceder a la otra. Todos nuestros niños han muerto«, dijo Abu Jamal Al Khur, frente al hospital de los mártires de Al Aqsa en Deir al Balah.

Tensiones en la región

La guerra estalló el 7 de octubre cuando combatientes de Hamás lanzaron un ataque en el que mataron a 1.199 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un balance de AFP basado en cifras oficiales. Entre los muertos había más de 300 militares.

También tomaron a 251 rehenes, de los cuales 105 continúan en Gaza, incluidos 34 que el ejército declaró muertos.

La ofensiva israelí en la Franja de Gaza ya ha dejado al menos 40.265 muertos, según el Ministerio de Salud de Hamás, que no detalla cuántos son civiles o combatientes. En su mayoría son mujeres, adolescentes y niños.

El conflicto atizó las tensiones entre Israel y el movimiento libanés pro-iraní Hezbolá, que abrió un frente en la frontera entre ambos países.

Israel intensificó sus bombardeos contra Líbano, donde el miércoles murieron seis personas, según las autoridades libanesas. Entre los fallecidos estaba el comandante Jalil al Maqdah, responsable del brazo armado del Fatah palestino.

El ejército israelí lo acusó de trabajar para Irán, su archienemigo, y de estar implicado en «ataques terroristas«.

Este «asesinato» es «una prueba más de que Israel quiere desencadenar una guerra a gran escala en la región«, reaccionó el Fatah del presidente Mahmud Abás.

Hamás, aliado de Irán, y el Fatah, con sede en Cisjordania ocupada, llevan siendo rivales desde hace décadas.

Hezbolá, por su parte, reivindicó el miércoles decenas de ataques contra posiciones militares en el norte de Israel y en los anexionados Altos del Golán.

Washington considera que un alto el fuego ayudaría a evitar una conflagración regional, incluyendo un posible ataque contra Israel por parte de Irán y sus aliados, en represalia por el asesinato del jefe de Hamás el 31 de julio en Teherán, imputado al Estado hebreo.

Por: Agencia