domingo, diciembre 22

Devoción sin aglomeraciones en la beatificación del “médico de los pobres” en Venezuela

José Gregorio Hernández, el «médico de los pobres» y venerado como un santo en Venezuela, será beatificado este viernes en una pequeña ceremonia en Caracas debido a la pandemia del COVID-19.

Su beatificación en esta época adquiere un aura singular, pues a este médico (1864-1919) le tocó combatir la gripe española en su país hace poco más de un siglo.

«Su beatificación llega en un momento dramático», indicó a la AFP el nuncio apostólico Aldo Giordano. «Como científico que ha luchado contra los virus, estaba escrito en las estrellas que tenía que ser beatificado cuando la humanidad necesita esperanza, necesita buscar un camino» y «él nos puede ayudar».

Giordano presidirá la ceremonia en ausencia del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, que canceló el viaje debido a la pandemia.

En Venezuela, José Gregorio Hernández es objeto de una verdadera devoción. Se distinguió por prestar ayuda gratuita a los más humildes durante la epidemia de gripe española de principios del siglo XX, que mató a millones en el mundo.

Murió en 1919, a los 54 años, atropellado por un auto en Caracas.

En los últimos días se han pintado murales con su rostro en todo el país, mientras se afinan los detalles de la ceremonia en honor a este símbolo nacional que trasciende todas las divisiones políticas y sociales.

No es raro que un venezolano tenga una estampita del venerable, o una estatuilla con velas o un vaso de agua (una de las tradiciones al pedirle).

El decreto de beatificación fue firmado por el papa Francisco en junio de 2020, tras la aprobación de un milagro en 2017.

Yaxury Solorzano, de 10 años, sobrevivió tras sufrir una herida de bala muy grave. Su madre le rezó a José Gregorio Hernández para que salvara a su hija.

Sintió, relata una nota de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), una mano en el hombro y una voz: «íQuédese tranquila, todo irá bien!».

La beatificación es el último paso previo a la canonización.

Yaxury y su familia, junto a parientes del doctor Hernández, están entre las 150 personas que asistirán a la ceremonia en la pequeña y moderna iglesia del Colegio La Salle en Caracas.

«Esta ceremonia será muy austera, muy sobria, muy sencilla pero cargada de mucha espiritualidad», indicó Albe Pérez-Perazzo, coordinadora de la comisión de beatificación.

«Malamente podemos convocar a reuniones en espacios públicos cuando justamente estamos celebrando la beatificación del médico de aquellos que más necesitan ayuda», añadió la responsable, al resaltar que la causa para la beatificación tiene «más de 70 años abierta».

Venezuela, de 30 millones de habitantes, enfrenta desde marzo una fuerte segunda oleada del virus, superando los dos mil decesos y más de 200 mil contagios confirmados. Las cifras oficiales han sido cuestionadas por la oposición y oenegés, al considerar que existe un elevado subregistro evidenciado en hospitales desbordados y múltiples pedidos de ayuda económica en redes sociales para costear la enfermedad.

La elección de la capilla de esta escuela privada, con acceso cerrado y ubicada cerca del cerro El Ávila de la capital, forma parte de una estrategia para evitar las aglomeraciones que se habrían generado si se hacía en el centro histórico de la capital, explicaron los organizadores.

Pérez-Perazzo hizo un llamado a los fieles para «convertir todas nuestras casas (…) en pequeños templos», destacando que la ceremonia se transmitirá por televisión.

Además de la beatificación, se entregarán reliquias de «JGH» -como se le llaman- a cada una de las diócesis del país.

Entre los millones de venezolanos que seguirán la ceremonia por televisión, destaca la familia Cañizalez, que asegura que el nacimiento de sus gemelas fue «milagro», no reconocido por la Iglesia. El «médicos de los pobres» también es venerado en otros países del continente.

«Cuando mi mamá estaba embarazada, casi nos pierde», explicó Ana Cañizalez, de 19 años y estudiante de arquitectura.

«Rezó mucho a José Gregorio y al Señor para que estuviéramos sanas. Fue a Isnotú», lugar de nacimiento del médico y centro de peregrinación en los Andes venezolanos (oeste), «y aquí estamos».

«Tenemos una escultura en la casa», siguió. «Siempre le pido, estuvo para mí y mi familia. Se merece la beatificación».

Por: Agencias / Foto: Cortesía