Desde la superficie, parecía un naufragio olvidado en el fondo del mar. Pero cuando el director de fotografía Manu San Félix se sumergió para verlo más de cerca, se sorprendió al encontrar un coral enorme y extenso.
Ese fue el momento en que el equipo Pristine Seas de la National Geographic Society descubrió la mayor colonia de coral del mundo durante una expedición en octubre de 2024 en las Islas Salomón, un archipiélago del suroeste del Océano Pacífico.
Con sus 34 por 32 metros, este megacoral es más largo que una ballena azul, el animal más grande de la Tierra. Es tan enorme que puede verse desde el espacio, aunque durante mucho tiempo estuvo oculto, reseña National Geographic.
Los investigadores estuvieron a punto de no verlo. Su descubrimiento “fue realmente fortuito”, afirma Molly Timmers, científica principal de la expedición. “Lo encontraron la noche antes de trasladarnos a otra sección”.
El equipo de la expedición señala que se trata de la mayor colonia de coral jamás registrada. Está formada por casi mil millones de pólipos de coral genéticamente idénticos que trabajan juntos en la colonia como si fueran un solo organismo.
Aunque el coral recién descubierto goza de excelente salud, a los investigadores les preocupan las numerosas amenazas a las que se enfrentan todos los corales, como el calentamiento global y la sobrepesca. Esperan que este descubrimiento inspire más protecciones para los hábitats marinos de las Islas Salomón.
Cómo es el megacoral de las Islas Salomón
“Encontrar este megacoral es como descubrir el árbol más alto de la Tierra”, asegura por correo electrónico Enric Sala, fundador de Pristine Seas. “Este descubrimiento reaviva nuestro sentido de asombro y maravilla sobre el océano”.
El organismo es un tipo de coral duro llamado Pavona clavus, o coral omóplato, porque tiene columnas que “parecen hombros”, dice Timmers.
Es principalmente marrón con algunas manchas amarillas, rojas, rosas y azules.
Aunque este individuo pueda parecer una roca gigantesca, los corales son animales emparentados con las medusas y las anémonas de mar. Los diminutos organismos individuales llamados pólipos de coral se reúnen por miles para formar una colonia, y muchas colonias diferentes componen un arrecife.
Las Islas Salomón forman parte de una región llamada Triángulo de Coral por su asombrosa diversidad de corales.
El megacoral estaba “escondido” a plena vista
Los investigadores creen que podría haber cerca de mil millones de pólipos en esta gigantesca colonia, que está rodeada de arena.
“Es asombroso que acaben de encontrar esto y nadie se haya dado cuenta antes”, afirma Helen Findlay, oceanógrafa biológica del Laboratorio Marino de Plymouth (Reino Unido), que no participó en la expedición.
Sin equipo de buceo o snorkel para alcanzar el coral de 12 metros de profundidad, la comunidad local podría haber asumido que se trataba solo de una gran roca. “Existe esta creencia occidental de que hemos visto todas nuestras aguas (costeras)”, dice Timmers, “pero muchísima gente no tiene las máscaras y los tubos para meter realmente la cabeza en el agua y verlo”.
Tres siglos de antigüedad: la edad del coral más grande del mundo
Los investigadores suelen utilizar la altura de un coral para calcular su edad. Esta colonia de casi 5 metros de altura tiene unos 300 años, pero podría ser incluso más antigua.
Estos corales suelen tener forma de cúpula, como una bola de helado, explica Timmers. “Pero este está aplanado y sigue creciendo”, como si se derritiera.
Esta colonia de coral es tan antigua que ha vivido importantes acontecimientos históricos. Habría visto a los primeros misioneros cristianos que empezaron a visitar las Salomón durante el siglo XIX. Estuvo viva durante la firma de la Declaración de Independencia, la Segunda Guerra Mundial y la pandemia de COVID-19.
“La vida realmente creó esto y ha mantenido esta enorme colonia”, dice Timmers. “Es como si nuestros antepasados siguieran allí, en el agua”.
Corales bajo estrés
Durante sus 300 años de vida, este inmenso organismo ha sido testigo de sorprendentes cambios en el océano, como el calentamiento global, la sobrepesca, la contaminación, el desarrollo urbano y agrícola y la acidificación del océano.
Cuando visitó un arrecife cercano, el equipo de la expedición vio que muchos corales ya habían muerto, pero no está claro cuán resistente podría ser esta colonia recién descubierta frente a estas amenazas globales.
Los corales son muy sensibles a los cambios de su entorno. “Son como el oso polar de los trópicos”, comenta Findlay.
A medida que el océano produce y absorbe más dióxido de carbono, cambia el equilibrio del pH del agua, lo que puede estresar a los corales. “Nuestra crisis climática está haciendo que el océano sea más cálido y más ácido, y eso está consumiendo los corales de todo el mundo, incluido el megacoral”, dice Sala.
Los corales utilizan el carbonato cálcico del agua para crear su esqueleto, por lo que, a medida que las aguas se vuelven más ácidas, a estos organismos les resulta más difícil crecer fuertes y sanos.
“Igual que en las personas: si no tienes suficiente calcio o carbonatos, acabas padeciendo osteoporosis, por lo que tus huesos empiezan a degradarse y pueden volverse frágiles”, explica Findlay. “Lo mismo puede ocurrir con los corales si no tienen las condiciones adecuadas”.
Esperanza para los arrecifes
Con los corales de todo el mundo afectados por el blanqueamiento (el 77% de las zonas de arrecifes de coral estuvieron sometidas a temperaturas lo suficientemente altas como para causar blanqueamiento entre 2023 y 2024), encontrar una colonia individual tan enorme todavía en buen estado de salud ofrece la esperanza de que los corales puedan ser lo suficientemente resistentes como para sobrevivir a la crisis climática.
“Este pilar de la vida sigue ahí”, dice Timmers. “Te asombra y da esperanza. Solo con ver lo grande que es y su supervivencia en una zona que no era tan saludable”.
Timmers cree que la ubicación del coral (en aguas más profundas y frías y protegido por un talud y una plataforma) puede ser clave para su buena salud. Está en un lugar ideal”, sostiene.
La comunidad espera que el descubrimiento pueda ayudarles a conseguir una protección oficial de sus aguas. En las Islas Salomón, las aguas son consuetudinarias, “lo que significa que son propiedad de la comunidad local”, detalla Timmers. Llevan unos 14 años protegiendo estas aguas de forma no oficial, y cuentan con protección a nivel provincial, pero quieren apoyo nacional, explica.
Para Sala, el descubrimiento de este megacoral refuerza la sensación de urgencia por proteger y restaurar los lugares salvajes del mundo.
Un calentamiento global superior a 1.5 °C podría ser catastrófico para los arrecifes de coral. Según él, es vital eliminar progresivamente los combustibles fósiles y proteger el 30% del océano. En la actualidad, solo el 8.4% del océano está protegido por normas gubernamentales.
En la estela de destrucción medioambiental que recorre el planeta, ver algo tan extraordinario hizo que Timmers sintiera que el coral está clamando: “Seguimos aquí. No se olviden de nosotros”.
Por: Agencias / Foto: Cortesía