Arqueólogos descubrieron el manual sobre momificación más antiguo que se ha encontrado hasta ahora, por lo que los científicos reconstruyeron el proceso de embalsamamiento utilizado para convertir a los antiguos habitantes en momias egipcias.
La egiptóloga Sofie Schiodt de la Universidad de Copenhague hizo el trabajo luego de que se descubriera el manual en un papiro médico de 3 mil 500 años de antigüedad.
Los egiptólogos consideran que en el antiguo Egipto, los secretos sobre el embalsamamiento se transmitieron de una persona a otra, ya que hay poca evidencia escrita al respecto.
El manual, que revela datos sobre las momias egipcias , fue encontrado en un texto médico que se ocupa de la medicina herbal y las inflamaciones de la piel, el cual fue editado por Schiodt.
¿Qué decía el manual sobre la momificación?
Una de las nuevas y emocionantes piezas de información que nos brinda el texto se refiere al procedimiento para embalsamar la cara de la persona muerta. Obtenemos una lista de ingredientes para un remedio que consiste principalmente en sustancias aromáticas y aglutinantes de origen vegetal que se cuecen en un líquido con el que los embalsamadores recubren un trozo de lino rojo. El lino rojo se aplica luego en el rostro del difunto para encerrarlo en un capullo protector de materia fragante y antibacteriana, dijo Sofie Schiodt.
El papiro Louvre-Carlsberg
El manuscrito es el papiro Louvre-Carlsberg, conocido de esa forma porque la mitad del papiro pertenece al Museo del Louvre en París y la otra mitad es parte de la colección de papiros Carlsberg de la Universidad de Copenhague.
Las dos partes del papiro de seis metros de largo, que pertenecieron originalmente a dos coleccionistas privados, están fechadas aproximadamente en 1450 a.C., lo que significa que el papiro anterior a los otros dos únicos ejemplos de textos de embalsamamiento en más de mil años.
Piojos de las momias y sus revelaciones
María Alejandra Perotti es una argentina que lleva casi 20 años trabajando en Inglaterra, estudiando la importancia científica e histórica entre invertebrados (piojos) y los seres humanos para así dilucidar una serie de interrogantes, como por ejemplo de dónde venimos, principalmente en un plano más regional que tiene que ver en cómo se pobló Sudamérica.
Perotti y un grupo de cinco universidades descubrieron que el cemento que emplean los piojos para adherir sus huevos al cabello de los seres humanos resultó ser una gran fuente de información genética en momias de hasta 2 mil años halladas en San Juan, Argentina, muy cerca de la cordillera de los Andes.
Una de las momias estudiadas era de un individuo proveniente del norte del Amazonas. Esto se sabe gracias a que el ADN extraído coincide con el de otras poblaciones analizadas pertenecientes al sur de Colombia y Venezuela. Mientras que las otras momias analizadas no tienen las mimas características genéticas, su origen es diferente y pertenecen a la Patagonia.
Por: Agencia