Con la dispersión del centro de congregación de personas en situación de movilidad provenientes de Venezuela que estaban instaladas entre el límite fronterizo, los pocos que decidieron quedar en la calle, ya están siendo víctimas de traficantes y vendedores de droga, pues se ven en las esquinas fumando marihuana.
La gran mayoría de los migrantes se fueron a albergues de gobierno o religiosos, mientras que otros se unieron para rentar casas, sin embargo, se observó que son pocos los que quedaron a los alrededores, los cuales, con la desesperación y hambre, se convirtieron en presa fácil para los vendedores de droga, reseñó El Heraldo de Juárez.
En las esquinas aledañas y de frente al río Bravo, un grupo de venezolanos, estaban reunidos sonriendo y oliendo a marihuana, uno de ellos comentó, “No la compramos, nos la regalaron, pedimos comida y nos dieron esto”.
Mientras que venezolanos, se drogaban en la esquina, cuál si fuera cigarro de nicotina, cuatro patrullas custodiaban el bordo fronterizo, había dos de policía municipal y dos estatales, sin embargo, no se observó presencia de la Guardia Nacional, los cuales siempre estuvieron vigilando el campamento venezolano, ni tampoco unidades rondando los alrededores.
Por Agencia