Este 23 de enero los venezolanos conmemoran el 65 aniversario de la llegada de la democracia al país. Este período trajo consigo grandes obras de infraestructura, muchas de las cuales permanecen en pie; así como la educación, la legalización de las instituciones conocidas como partidos políticos y la introducción del sufragio directo, secreto y universal.
Muchos pensarían que con todo esto los habitantes del país desarrollarían una consciencia colectiva en torno al concepto, sin embargo, para el historiador y docente venezolano, Mario Buffone, no fue así, al menos no del todo.
En conversaciones con Foco Informativo el autor del libro «Obras de la Democracia, cuarenta años de historia mal contados», indicó que, tras los hechos del 58, que culminaron con el régimen dictatorial de Marcos Pérez Jiménez, el pensamiento democrático venezolano evolucionó parcialmente.
“Si evolucionó parcialmente. ¿Por qué evolucionó la consciencia democrática? Porque nosotros no éramos un pueblo que estaba acostumbrado a votar, a elegir a nuestros gobernantes. De hecho, el período de los 40 años es un período excepcional en Venezuela. Ha sido el único período de democracia que hemos tenido, del resto lo que es del 58 hacia atrás y del 99 en adelante tienen mucha similitud”, indicó Buffone.
El docente explicó que el punto específico que es el de votar se mantienen en la “soledad”, ya que los venezolanos creen que la solución a los problemas de la nación es el voto, al contrario de otros lugares del mundo donde creen en soluciones radicales.
“¿Por qué en mi opinión (la evolución de pensamiento) fue parcialmente? Porque faltó ir más allá, faltó crear una consciencia ciudadana, los venezolanos nos quedamos con el hecho de que la democracia era solamente votar. La democracia son otras cosas a parte de votar. Votar es importante, pero existen otras cosas, la consciencia ciudadana implica tener capacidad para discernir entre derechos y deberes”, expuso.
En opinión del historiador, no se enfatizó como se debía para cultivar la conciencia ciudadana democrática, aunque si se creó, pero de manera parcial, porque para los venezolanos aún es importante elegir a los gobernantes, “pero faltó ir un poquito más allá”.
El origen de la falla
Como educador, Buffone considera que en primera instancia el error estuvo en la educación, ya que existía una materia que “ayudaba mucho” que era Formación Social y Cívica, pero como también le contaría su madre, quien es maestra normalista jubilada, en las escuelas antes, en los años 60, existían algo que se llamaba República Escolar.
“Los estudiantes de cada uno de los grados hacían como una especie de pequeña república, donde uno de los niños o niñas era el tesorero de lo que recaudaba, pero eso se suspendió aproximadamente a principios de los años 70. Eso creaba una consciencia en los estudiantes de lo que era la democracia, no sólo en el hecho de elegir a unos gobernantes, sino también las responsabilidades”, recordó.
En su opinión, la eliminación de algunos contenidos, como la República Escolar o algunas materias como Formación Social y Cívica, para concentrarse en conocimientos de tipo oral y numérico y se abandonó parcialmente la parte, la parte ciudadana.
“De alguna manera se creó la conciencia de que solamente votar era sinónimo de democracia y no otras cuestiones que son atinentes a los ciudadanos”, recalcó.
Añadió que parte de ese divorcio entre los venezolanos y de los partidos políticos de la nación pasan por el mismo tema de la consciencia democrática, aunque suma otros factores para explicar el fenómeno como por ejemplo la herencia militar, la cual indica que los partidos que se formaron se crearon para impulsar a un líder específico, es decir, los partidos políticos en Venezuela no son instituciones.
Otro elemento sería la emotividad y la reactividad de los venezolanos, por lo que generalmente debe esperar a que las situaciones se presenten para actuar, ambos elementos del tipo cultural.
“Si una de las cosas que podemos decir que fueron errores del sistema democrático es no haber generado esa consciencia ciudadana profunda. En el año 98 yo decía de (Hugo) Chávez: ‘¿Qué sabemos nosotros de él más allá del 4 de febrero?’ Eso no era suficiente para votar por él, pero esa racionalidad chocaba con la emotividad que un elemento de tipo cultural”, resaltó el historiador.
No todo está perdido
Para Buffone esta situación es reversible porque todos los pueblos tienen la capacidad de corregir sus errores, pero debe existir una conducción que indique cuáles fueron las omisiones para luego tomar los correctivos.
“Primeramente debe arrancar por la educación a través de campañas que generen concientización para generar los cambios. Hay países que sufrieron guerras y se levantaron, nosotros no somos menos que ellos. La diáspora ha derrotado el mito de que los venezolanos somos flojos, simplemente lo que tienen que haber es un cambio de conducción, pero sí es reversible”, puntualizó.
El autor advirtió que la responsabilidad para cambiar esta situación es compartida entre la sociedad y sus líderes, ya que la ciudadanía debe establecer y fijarle a la dirigencia lo que quiere.
“Los líderes tienen responsabilidad en cuanto a las decisiones que toman o dejan de tomar y nosotros los ciudadanos somos responsables de las decisiones que tomamos o dejamos de tomar porque hablamos de la responsabilidad de la dirigencia política por sus acciones, pero olvidamos quienes los llevaron al poder. La función de la reconstrucción del país es de todos”, recalcó el docente.
Añadió que esto pasa por la participación, que no es un concepto exclusivo de la actual Constitución, que para el pueblo era solamente ir a votar y dejar al país en una especie de “piloto automático” por lo que dependía de la buena o la mala voluntad de la persona que está en el cargo.
Buffone finalmente recordó que lo logrado el 23 de enero de 1958 y años siguientes fue ejemplo de que la sociedad venezolana puede organizarse y hacer una vida ciudadana, democrática y de libertad, pero también fue una guía para el mundo.
“El Pacto de Punto Fijo dio origen a otros tipos de arreglos, como por ejemplo, los Pactos de la Moncloa, en España. Eso significa que nosotros los venezolanos somos personas racionales y que entendemos nuestro papel y que podemos hacer las cosas bien, solo que hay que hacer unos ajustes o vueltas de tuercas y seguro que vamos a conseguir el camino. Soy un irreflexivo optimista de que sí podemos, además que toda esa gente (migrantes venezolanos), cuando aquí se corrijan las cosas, nos van a traer a nosotros nuevos aprendizajes”, acotó el historiador.
Por: José Manuel Sánchez / Fotos: Cortesía