
Carmen Alicia sintió aquella cachetada como si le arrancaran el corazón. Así lo describe. Más allá del dolor físico que le causó el golpe, sabía que era el fin de su relación sentimental con Andrés, después de cuatro años juntos y un hijo en común, reseña un reportaje publicado por El Pitazo.
No era la primera vez que Andrés la agredía, pero sí fue la última. «Tuve que huir, porque sabía que me mataría», recuerda al otro lado del hilo telefónico en conversación con El Pitazo, el 6 de agosto.
Una mañana Carmen Alicia aprovechó que su esposo se fue a trabajar para recoger sus cosas y escapar con su hijo de dos años. Estuvo cuatro meses en casa de una amiga en el estado Táchira y planificaba cruzar a Colombia.
«Quería huir por completo. Estaba llena de pánico; fueron muchas las veces que me maltrató y me manipuló. Si me veía hablando con alguien se molestaba, me quería controlar todo el tiempo, hasta la forma de vestir. Por miedo y por amor le di muchas oportunidades, hasta que me llené de valor y lo dejé», agrega con un tono de voz ligero, como quien se quita un peso de encima.
«Tuve que huir, porque sabía que me mataría», dijo Carmen Alicia, sobreviviente.
Carmen Alicia no necesitó irse a Colombia para escapar. Andrés tuvo un impasse con unos delincuentes y lo mataron en Petare, estado Miranda.
«Sentí dolor porque compartimos muchos años y fruto de ese amor nació nuestro hijo, pero si él me encontraba, me iba a matar, muchas veces me amenazó con eso», afirma.
La joven Ariana Milagros Valera González (25) también vivía en Petare, pero no tuvo la misma suerte que Carmen Alicia y fue asesinada cuando se negó a que un hombre obsesionado abusara de ella.
El individuo se enfureció y la asfixió. Luego la amarró, la violó y la golpeó con una piedra. El cadáver fue encontrado en la carretera Petare-Santa Lucía, parroquia La Dolorita, municipio Sucre, estado Miranda, el 2 de julio.
Por el caso fue detenido Richard Deixon Villamarín Marrero (35). Luego de matar a Ariana Milagros, Villamarín utilizó las trenzas de los zapatos que portaba la víctima, para maniatarla y abusar de ella, informó el comisario Douglas Rico, director nacional del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).
Cifras en ascenso
Un subregistro que presentó la organización no gubernamental Utopix en el primer semestre del año 2025, revela que al menos 61 mujeres fueron víctimas de feminicidio en Venezuela entre enero y mayo pasados.
De acuerdo con el reporte de la organización no gubernamental, 7 casos fueron en enero, 12 en febrero, 15 en marzo, la misma cantidad en abril y 12 en mayo. Ocurrieron en Táchira, Monagas, Zulia, Aragua, Carabobo, Guárico y Anzoátegui.
Aimee Zambrano, directora de la ONG, indicó que en mayo se contabilizaron 24 feminicidios frustrados en el país y 11 asesinatos de mujeres venezolanas en el exterior. «Algunas han intentado escapar, pero son asesinadas con mucha saña», lamentó Zambrano.
Estos números continúan en ascenso. De acuerdo con información recabada por El Pitazo, durante el mes de julio y hasta el 8 de agosto, al menos 13 mujeres fueron asesinadas en Venezuela. En la mayoría de los casos los homicidas fueron hombres que mantenían un vínculo sentimental con la víctima.
«Quería huir por completo. Estaba llena de pánico; fueron muchas las veces que me maltrató y me manipuló. Si me veía hablando con alguien se molestaba, me quería controlar todo el tiempo, hasta la forma de vestir. Por miedo y por amor le di muchas oportunidades, hasta que me llené de valor y lo dejé»:
En esta lista se cuenta el crimen de Karla Dayana Arteaga Hinojosa, de 29 años. La mañana del miércoles 9 de julio, la joven salió de su casa en Coloncito, municipio Panamericano, estado Táchira, con destino a una finca, ubicada en la frontera con el estado Zulia, donde recibiría el pago por unas hallacas.
En el trayecto se encontró con su expareja, quien se ofreció a acompañarla a la finca. Seis días después, Karla Dayana fue encontrada calcinada.
Familiares de la víctima contaron que su expareja confesó haber cometido el crimen, «porque ella no quiso volver con él», después de mantener una relación de ocho meses.
Karla Dayana se dedicaba a la venta de hallacas, tortas frías y quesillos. Con su muerte, tres niños de 10, 7 y 5 años de edad quedaron huérfanos.
El hijo de Inoska Alejandra Peña Marín, de 6 años, también quedó huérfano. La joven, de 27 años, no pudo cumplir su sueño de asistir al acto de promoción de su descendiente al primer grado de educación primaria. Jarry Hidalgo Palomares (31) le arrebató su ilusión en la Urbanización Terrazas de La Vega, municipio Libertador, Caracas.
En horas de la medianoche del 9 de julio, Inoska Alejandra regresaba de trabajar en el área de seguridad de un supermercado de la ciudad, cuando Palomares se le atravesó en su camino.
Palomares e Inoska Alejandra habían tenido una relación oculta por cuatro meses. Esa noche el hombre se ofreció a llevarla en moto a su casa; sin embargo, en el trayecto, la convenció de desviar la ruta.
El nuevo destino de la joven fue la residencia de su expareja. Al llegar el hombre intentó convencerla de retomar la relación, pero ella se negó. Enfurecido, Palomares la obligó a mantener relaciones, para luego asfixiarla.
Una vez ejecutado el crimen, metió el cadáver de la muchacha en una maleta y contactó a su amigo Jesús Alexander Marcano Rivera (36) para que lo ayudara a deshacerse del cuerpo. Los dos fueron detenidos en la parroquia La Vega de Caracas, según informó el director nacional del Cicpc.
Madre e hijo fueron asfixiados
Las agresiones contra Sayleska José Solórzano Matos (34) no solo cobraron su vida sino también la de su hijo Evan González (12). Ambos fueron golpeados y murieron por asfixia mecánica.
Este doble homicidio ocurrió en el interior de la vivienda donde residían en el sector El Parcelamiento 3.000 del municipio Simón Bolívar, en los Valles del Tuy, estado Miranda, el 22 de julio. El marido de la mujer y padrastro del niño, identificado como Manuel Tovar (36), fue detenido.
El día del hecho la pareja discutió. Allegados a las víctimas dijeron a El Pitazo que las agresiones eran constantes. Sayleska José y Manuel Tovar tenían un hijo de 2 años.
Maiber Ventura, de 30 años, también fue asesinada por el padre de sus dos hijos, identificado como Alexander Torres Villanueva, de 35.
El hecho ocurrió en el sector San Miguel II en Las Vegas, municipio «Rómulo Gallegos» del estado Cojedes, el 4 de agosto. Tras cometer el crimen, el hombre se fue al cementerio municipal y se quitó la vida. Su cadáver quedó sobre una tumba.
Otras mujeres asesinadas en Venezuela en las últimas seis semanas fueron Ana Cecilia Carreazo Briceño (18); Génesis Gabriela Medina Puertas (23); María Auxiliadora Puerta (41); Noskis Valeria Brito Gámez (16); Edelimar Nazareth Herrera Trocel (15); Ninoska Maryelis García Garrido (28) Angely Benavides (17) y María Teresa Angulo (41).
Las autoridades también investigan las circunstancias en las que murió Yusveli del Carmen Crespo Montilla, de 33 años, en La Peña de Niquitao, una zona rural del municipio Boconó, estado Trujillo. El cuerpo presentó un impacto de bala.
Las banderas rojas
De acuerdo con las investigaciones realizadas por Utopix, desde 2019 hasta la fecha, el mayor número de casos ocurrió a manos de parejas o exparejas. Otro hallazgo es que las víctimas, en su mayoría, tienen edades comprendidas entre los 16 y los 45 años, «es decir, que están en edad fértil», reveló Aimee Zambrano.
En relación con los signos de alarma, conocido también como «las banderas rojas», Zambrano destacó que una persona controladora puede convertirse en violenta y allí las mujeres deben poner mucha atención.
«Si tu pareja todo el tiempo te está preguntando ¿con quién estás?, ¿dónde estás?, y además te controla la forma en que te vistes, quiénes son tus amistades, con qué familiares te relacionas, te revisa tus redes sociales, quiere saber cuáles son tus contraseñas y te pide fotos de ubicación para saber en qué parte estás, es motivo de preocupación», remarcó el 6 de agosto.
En este contexto, Zambrano puso especial énfasis en el tema de los celos y el acoso: «Estar en una escena de celos constante es una señal».
En medio de una discusión por celos, Maikel Guareguan presuntamente le quitó la vida a Ana Cecilia Carreazo Briceño, una joven de 18 años, quien residía en Lídice, Caracas, según una publicación del diario El Tigrense.
El cadáver de la muchacha fue encontrado entre los manglares del caño Uchire en el balneario de Boca de Uchire, en el estado Anzoátegui, el lunes 4 de agosto, luego de ser reportada como desaparecida por familiares y allegados.
Carreazo Briceño presentó una herida cortante en el cuello. La joven estudiaba en la escuela del Cuerpo de Bomberos del estado Miranda.
El amor y el respeto
Especialistas coinciden en que una crianza positiva, que se enfoca en el amor, el respeto y la comprensión, es fundamental para evitar la violencia y fomentar la seguridad emocional de las personas.
En contraste, la representante de Utopix recordó que desde niños «nos hablan del amor desde la posesión» y la industria cultural lo afianza a través de las canciones, las telenovelas, las películas, en la literatura, «cuando en realidad esto no es normal».
Zambrano insistió en la importancia de crear plan estructural feminista para la prevención, atención y mitigación de la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes con la participación de todos los organismos del Estado y no solo de los entes que atiendan los casos vinculados a esta problemática.
«Estos planes deben ser permanentes. Es importante que la población sepa las líneas dónde se pueden denunciar los casos y cuáles son órganos receptores, así como los 25 tipos de violencia de género que tienen sanciones y que están tipificados dentro de lo que es la Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia», acotó.
En su opinión «el Ministerio del Poder Popular Para la Mujer e Igualdad de Género debe contar con un presupuesto robusto, que le permita tener suficiente personal para la atención de los casos, el acompañamiento, la ayuda legal y la orientación psicológica».
La creación de casas de abrigo en cada parroquia es otra recomendación que hace la representante de Utopix, tal y como lo contempla la ley, así como la elaboración de planes educativos, diseñados para hablar de la violencia de género en las escuelas, de acuerdo con la edad del estudiante.
Por: Agencias / Foto: Cortesía

