El exmandatario izquierdista Rafael Correa aún digiere la derrota de su delfín en las elecciones presidenciales de Ecuador. Pero lejos de verla como un epitafio político, cree que su liderazgo será «muy necesario» en los días difíciles que se avecinan.
Correa, de 58 años y condenado en ausencia por corrupción, opina que la victoria del banquero de derecha Guillermo Lasso sobre Andrés Arauz fue producto de una feroz “persecución” en su contra por parte del actual gobierno, pero le extiende una rama de olivo al presidente electo.
“Apoyaremos todo lo que sea bueno para el país. Nos opondremos democráticamente a lo que creamos que es malo, sin prestarnos a la desestabilización”, dijo este martes el exgobernante (2007-2017) a la AFP en un hotel de Ciudad de México, desde donde siguió los comicios del domingo.
Asegura entonces que buscará favorecer la “gobernabilidad” en un contexto de pandemia y crisis económica, pues el nuevo gobierno logró solo una mínima representación en el Legislativo y la fuerza correísta tendrá allí más peso.
Aquí algunos extractos de la entrevista.
P: ¿Cuál es su lectura del resultado?
R: Hemos enfrentado a todo el Estado (…), a los grupos económicos, al poder mediático, a todo el espectro político. Pese a eso tenemos casi 48% de apoyo popular. Me hubiera gustado ganar y acabar esta pesadilla de persecución, de destrucción del país. Dios sabe por qué suceden las cosas. Pero somos la mayor fuerza política del país.
P: ¿Fue una victoria del anticorreísmo?
R: Lasso tiene muy poco capital político (…), ahí hay mucho voto de miedo, que íbamos a desdolarizar, a convertir Ecuador en Venezuela. Y tiene muy poca credibilidad, muy altos negativos, y le van a tocar momentos muy difíciles. En eso que cuente con nuestro apoyo total para sacar a Ecuador de la crisis sanitaria y económica. El próximo gobierno no va a recibir un país, va a recibir ruinas del gobierno de Lenín Moreno (exaliado de Correa), en el cual participó Lasso. Le va a tocar una crisis sanitaria y una crisis económica muy grave, y creo que con las políticas que propone no va a lograr resolverlo.
Ha ganado la derecha legítimamente, en democracia, es el programa ganador. Tenemos que dar gobernabilidad, pero la gente debe saber que voto por las privatizaciones (…) vamos a decir “no estamos de acuerdo”, pero vamos a dar gobernabilidad porque eso fue lo que aprobó el pueblo ecuatoriano.
P: ¿La luna de miel puede ser corta?
R: Para cualquier gobierno que hubiera llegado la tarea es durísima, creo que existe consenso en lo que hay que hacer a nivel sanitario, vacunar lo más rápidamente posible (contra el covid-19) para que haya reactivación. Pero en la parte social y económica discrepamos totalmente. Las políticas de austeridad de Lasso quiebran países. Es neoliberal.
P: ¿Qué puede hacer Lasso para que cese lo que usted llama “persecución”?
R: Mucho. Hay una presión política brutal. Jueces que pudieron ser honestos en condiciones normales, pero temerosos, se alinearon al poder. Que paren el “lawfare”, la persecución, porque venía del propio gobierno. Yo creo que Lasso no es una persona perversa como Moreno. Moreno es un tipo desequilibrado, el odio lo destruyó.
P: ¿Es posible una amnistía o indulto?
R: La amnistía (prevista en la Constitución) es por delitos políticos. Hay mucha gente perseguida por delitos políticos (…) Nosotros, si tenemos mayoría en la Asamblea, o la mayoría que se forme y quiera contar con nosotros, la condición será dar amnistía a nuestros perseguidos y a los indígenas que participaron en las protestas de octubre (de 2019).
Un indulto es para casos penales, criminales, y lo da el presidente, pero significa reconocer el delito para perdonarlo. Yo jamás voy a aceptar un indulto porque no he cometido ningún delito. No creo que Lasso lo dé porque él basó su campaña en que nosotros somos los corruptos. Ganaré, si no es en cortes nacionales, en cortes internacionales.
P: ¿Estaría dispuesto a volver a Ecuador para defenderse ante los tribunales?
R: Si vuelvo a Ecuador será para darle un abrazo a mi madre que tiene 86 años, a reunirme con los compañeros. Pero mi vida en el mediano plazo está en Bélgica (donde reside desde 2017).
P: ¿Será el líder de la oposición en el exilio?
R: Temo que en este período soy muy necesario. Entiendo muy bien la responsabilidad que tengo. Estaré donde tenga que estar, pero teniendo como centro mi familia.
P: ¿Qué viene ahora?
R: Sigue la lucha. Tenemos una derrota muy dolorosa porque aspiramos a mucho (…), estuvimos a punto de ganar la presidencia y yo creo que en 2025 la podemos ganar.
P: ¿Está lejos de ser su epitafio político?
R ¿Cómo va a ser mi epitafio político si desde afuera casi les ganamos las elecciones? Sin pecar de inmodesto, (…) si hubiera sido candidato a presidente le ganábamos en una sola vuelta. Estamos más vivos que nunca.
P:¿Está extendiendo una rama de olivo?
R: Esa es la democracia, nosotros tenemos adversarios, no enemigos, aunque ellos nos han tratado como enemigos y Lasso permitió la persecución.
Por: Agencia