jueves, julio 4

Conozca cuál es el legado de monseñor Robert Lükert, según quienes lo conocieron

La mañana de este lunes 17 de junio estuvo enmarcada en las misas por el descanso eterno de monseñor Roberto Lükert León, arzobispo emérito de Coro, quien falleció este domingo, tras un par de semanas convaleciente en un centro asistencial de Maracaibo.

La primera eucaristía se realizó en la Catedral de Maracaibo y tuvo un sentido más íntimo, pues solo estaba su familia, algunos miembros de la feligresía y un grupo de Servidores de María que hacían guardia junto al féretro.

Una de las presentes era Laura Lükert León, sobrina de monseñor, quien explicó que para ella su tío era más como un padre, pues la persona que ella es hoy se lo debía a él. Aseguró que esa imagen que toda Venezuela veía de monseñor, su familia puertas adentro del hogar.

“Las cosas que le aprendí del ejemplo de lo que me parecía que era bueno y de las cosas que no me gustaban de él también las tomé para corregirlas. Era una persona de muchos principios. Siempre defendía las causas, aunque no fueran de él. (…) También entendíamos mucho lo que el sufría, sobre todo por el país”, indicó.

A su parecer, monseñor Lükert deja un “gran legado de lucha” y de insistir para que Venezuela sea de verdad libre, pues ese era su mayor anhelo.

“Él (monseñor Lükert) quería libertad para Venezuela. Siempre fue defensor de que las cosas fueran como hace mucho tiempo, cuando la gente se podía expresar, tener acceso a la educación, a los alimentos a la salud, le dolía mucho ver el tema migratorio y como los abuelitos se quedaron solos y como una pensión no alcanzaba para comprar medicina, eso algo que a él le agobiaba mucho, incluso en los últimos días”, añadió.

Destacó que a pesar de su pérdida se sentía acompañada y complacida y esa es una forma de recibir confort en un momento tan difícil por lo que agradeció a todos los feligreses y personas en general que se acercaron a la familia.

Icono y formador de nuevas generaciones de sacerdote

Uno que envió una nota de condolencia desde el Vaticano, junto al papa Francisco, fue Edgar Peña Parra, sustituto de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, quien en su nota destacó que la tristeza lo colmó cuando recibió la noticia del fallecimiento de Lükert.

“Personalmente guardo el recuerdo él, pues además de haber tenido la oportunidad de tratarlo cuando fue párroco de la parroquia (Nuestra Señora de Chiquinquirá) a que pertenecíamos con mi familia, me acompañó en los inicios de mi camino vocacional y me presentó al seminario, deseo expresarle excelencia (monseñor José Luis Azuaje) mi sentido pésame que hago extensivo a presbiterio local, a los familiares de monseñor Roberto y a cuantos fueron parroquianos suyos durante el tiempo de su servicio sacerdotal en Maracaibo, a la vez que ofrezco sufragios por el eterno de ese amado pastor”, decía el comunicado.

El padre José Domingo Alvarado, párroco de la iglesia Santa Inés, subrayó primeramente su propio origen dentro de El Saladillo hecho que lo llevó a recordar las dos veces que monseñor Lükert fue el sacerdote de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

“Para nosotros los que crecimos allí a los pies o las faldas de la Virgen monseñor Lükert era un padre, pastor, ese amigo cercano con el que siempre podíamos contar. Era un hombre que entregó su vida por El Saladillo. Lo que se conserva de ese sector se lo debemos a él, quien se opuso muchas veces a la destrucción de gran parte del casco central. Es un ícono de zulianidad, es un ejemplo para nosotros los sacerdotes que vamos siguiendo su huella, también de valentía y profetismo”, subrayó.

Insistió que Lükert siempre denunció los abusos y defendió la dignidad de todas las personas, además ser un hombre alegre y jocoso “nuestro, maracucho y por eso humanamente nos entristece su partida al cielo, pero sabemos que el señor lo premiará por todo”.

Para José Auvert, servidor de María, el principal legado de monseñor Lükert es el semillero de niños que constituye el relevo de una de varias generaciones de servidores.

“Más allá de toda la labor pastoral que tuvo tanto en Maracaibo, Cabimas y Falcón pues nunca descuidó a ninguno de las cofradías y grupos que fundó. De verdad que fue un hombre de trabajo nunca se quejó, al contrario, siempre trabajó para la Iglesia en función de toda la feligresía”, señaló.

Tras finalizar la misa en la Catedral de Maracaibo el féretro fue trasladado en procesión hasta la Basílica Santuario Mariano.

Texto y Fotos: José Manuel Sánchez