Con la Fe fortalecida en su madre divina, feligreses de Maracaibo y de otros lugares cercanos a la capital zuliana, acuden ante el retablo milagroso de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, aferrada en el corazón de los creyentes como La Chinita.
El desfile de devotos chiquinquireños no cesa por la nave lateral donde se encuentra expuesta ante su pueblo. Hasta allí llegan cargados con flores y otros objetos de valor preciado que entregan con amor a la Madre de Dios hijo.
El agradecimiento y amor por los milagros o intercesiones desde el cielo son infinitos. Cada plegaria entregada ante el trono que la contiene es una ofrenda interminable para dar gracias sinceras.
Los creyentes se marchan con el deber cumplido de visitar a la excelsa Reina morena.
Los testimonios
Uno de los testimonios recogidos en el templo mariano es el de Reinaldo Antonio Pernía Morillo quien mostró su penitencia anual de llegar hasta el trono desde el pórtico orando de rodillas. Explica que es su forma de agradecer las expresiones de amor dadas por María de Chiquinquirá quien mantuvo viva a su madre hasta los 84 años pero ya la acompaña en el cielo.
Su más reciente muestra de intercesión celestial permitió la recuperación de su hermana y su cuñado del COVID-19, que se vieron fuertemente aquejados con el virus de la pandemia.
«Doy fe de su mano milagrosa y de ayuda a los creyentes«, dice el miembro de la expolicia que hoy se gana el sustento diario repartiendo café en los autobuses y calles del centro de Maracaibo.
En su momento ofrendó una corona con detalles de piedras genuinas que confía se mantiene entre las ofrendas que el pueblo humilde realiza a la Patrona de los Zulianos.
También se conoció el testimonio de Fe de parte de Melissa Paz quien estuvo aquejada de salud recientemente y entregó su recuperación a La Chinita.
Con el yelco aún en su brazo, acudió junto a su familia ante el santo retablo para agradecer el proceso de sanación corporal. Dice que siempre se ha considerado una ferviente chiquinquireña y no duda nunca en aferrarse a su veneración porque como toda Madre ella escucha y muestra su amor a sus hijos.
Estuvo acompañada por su madre Arisleida Nava, su hija Sara Ferrer y su pareja Adrián Coronado dando sus oraciones de agradecimiento.
Y por último Sandra Luyando ha dedicado parte de su vida a la devoción ferviente a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá porque le ha dado muestras de ser una protectora celestial y por ello le sirve desde la Sociedad de Servidoras Hijas de María.
Señala que entregó a María de Chiquinquirá la salud de un hijo cuando este sufrió una patología a los 15 cuando ya los médicos no le daban respuestas ni esperanzas de vida pero la Virgencita le escuchó su súplica y lo sacó de la enfermedad. De la manifestación milagrosa fue hace unos 10.
En vísperas de los 312 años de su manifestación ante su pueblo, dice Luyando que ha recibido la noticia que será abuela y ella confirma que la Virgen siempre le ofrece buenas noticias por ello la ama y la venera profundamente.
Por Edgar Bolívar / Fotos: Lizaura Noriega