Miles de personas volvieron este miércoles a las calles de Colombia para participar en el segundo «paro nacional» de protesta contra el Gobierno, que hoy arrancó diálogos con distintos sectores políticos, económicos y sociales, pero sin invitar a líderes de los manifestantes ni de la oposición.
El paro, que ocurre en la octava jornada consecutiva de protestas, se ha realizado mayoritariamente en paz, aunque no han faltado los disturbios en ciudades como Bogotá donde un grupo de personas se enfrentó en la Plaza de Bolívar con los policías que protegen el Capitolio, pero fueron dispersados.
Las manifestaciones arrancaron el 28 de abril contra la ya retirada reforma tributaria del Gobierno colombiano y hoy continúan, entre otras cosas, en rechazo a la brutalidad policial, que según la ONG Temblores se ha cobrado la vida de 37 personas en los últimos ocho días.
Sin embargo, la Defensoría del Pueblo aseguró que las protestas han dejado 24 víctimas mortales y que en 11 de los casos la Policía es la presunta responsable de las muertes.
Disturbios en el centro de Bogotá
En la víspera del «paro nacional», convocado por sindicatos y centrales obreras contra la reforma a la salud, al menos 72 civiles y 19 policías fueron heridos en una asonada en Bogotá en la que vándalos atacaron 23 estaciones de policía, una de las cuales fue incendiada con 10 agentes adentro que lograron ponerse a salvo.
Sin embargo, en la capital, la mayoría de manifestaciones transcurrieron de forma tranquila con batucadas, bailes y un clamor de justicia por los abusos del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía, que está en el ojo del huracán desde hace varios años por sus excesos en las protestas.
La situación se puso tensa en la Plaza de Bolívar, centro del poder político y judicial de Colombia y el punto de llegada de las marchas más grandes.
Un grupo de personas tumbó las vallas que separan la Plaza de Bolívar del Capitolio y luego atacaron con piedras y otros objetos el edificio, e intentaron entrar mientras el Congreso sesionaba, algo que fue impedido por el Esmad, que dispersó la arremetida con gases lacrimógenos.
«Los jóvenes en la Plaza derriban vallas del Congreso y el Esmad interviene. Tenemos que parar ese círculo vicioso. Invito a los Congresistas que están allí y son convocantes del paro que salgan a dialogar con los jóvenes y concreten camino de mediación y fin de la confrontación», expresó la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
Pese a que la multitud se dispersó, los enfrentamientos continuaron en esa zona del centro de Bogotá.
En otras ciudades como Medellín miles de personas se manifestaron en paz, mientras que en Cali, principal foco de violencia de las protestas, la marcha estuvo liderada por decenas de indígenas que llegaron del vecino departamento del Cauca, donde el conflicto armado se ha recrudecido en los últimos meses.
Diálogo criticado
Este miércoles también comenzó el «Encuentro para avanzar en una agenda sobre lo fundamental», la convocatoria al diálogo que hizo el presidente Duque y en la que participaron representantes de universidades, organizaciones estudiantiles, líderes comunitarios, gobernadores y alcaldes, según el Gobierno.
Sin embargo, diversos sectores han criticado que en esta convocatoria inicial el presidente no haya tenido en cuenta a los líderes del Comité Nacional de Paro, organizadores de las protestas, ni a los opositores que han impulsado las manifestaciones.
«Se le abona al presidente Iván Duque su voluntad de diálogo, pero francamente no entiendo por qué no se reúne desde hoy a buscar acuerdos con el Comité del Paro, que espera diálogo serio desde el 2019», expresó Juan Fernando Cristo, exministro del Interior.
También criticó al mandatario la alcaldesa de Bogotá, que ve necesario que Duque reconozca los abusos que ha cometido la fuerza pública, pues el presidente ha evadido esa discusión e incluso ha justificado las actuaciones policiales como respuesta al vandalismo que ha sido infiltrado «por las mafias del narcotráfico».
«La salida política, y de acuerdo, a esta crisis que lleva más de ocho días la tiene el Gobierno Nacional en sus manos. Agradezco el llamado al diálogo, pero quisiera hacer un llamado a la sensatez: con los que hay que dialogar es con los que están en la calle, que son jóvenes», dijo López.
Agregó: «Es a esos jóvenes a los que el Gobierno Nacional debe ofrecer un alto al fuego (…) Eso crece el dolor y la indignación. Hay que reconocer que ha habido abusos de lado y lado».
Mientras tanto, los diálogos continuarán el jueves con la participación de los presidentes de las altas cortes, que hicieron además un llamado «a los líderes del país a aplicar genuina empatía en esas mesas de diálogo» y pidieron que «estos espacios incluyan a todos los actores involucrados en la protesta pacífica y malestar social».
Según el alto comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, que coordina estos diálogos, los dirigentes del Comité Nacional del Paro participarán en las conversaciones el próximo 10 de mayo, cuando se cumplirían 13 días desde el inicio de las manifestaciones.
Por: Agencia