La defensa del Estado colombiano pidió perdón este martes a la periodista Jineth Bedoya ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el secuestro, violación y torturas que sufrió hace dos décadas a manos de paramilitares con la presunta complicidad de agentes oficiales.
En una audiencia virtual, el director general de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado colombiano, Camilo Gómez, aceptó “la responsabilidad internacional por las fallas del sistema judicial que no realizó una investigación penal digna para la víctima”.
Gómez mencionó específicamente las “doce declaraciones” judiciales que terminaron por revictimizar a Bedoya, Premio Mundial a la Libertad de Prensa de la Unesco en 2020 y símbolo de la violencia sexual que han practicado los grupos armados a lo largo de un conflicto de seis décadas.
Además, reconoció la falta de diligencia del Estado en la investigación de las amenazas que había denunciado Bedoya antes de ser sometida a los vejámenes en el año 2000.
La Corte IDH, órgano judicial de la Organización de los Estados Americanos (OEA), llevó a Colombia a juicio por el ataque que sufrió la comunicadora de 47 años. Las partes tienen plazo hasta el 23 de abril para presentar sus alegatos finales por escrito.
El Estado “pide perdón a Jineth Bedoya por estos hechos y por el daño que le causaron” y “reconoce que estas omisiones vulneraron sus derechos a la dignidad, a tener un plan de vida, a la integridad personal, a las garantías judiciales y a la protección judicial”, añadió Gómez.
La periodista colombiana trabajaba para el diario El Espectador, cuando un grupo de paramilitares la secuestró frente a la cárcel La Modelo de Bogotá y posteriormente la torturó y violó durante 16 horas, antes de abandonarla desnuda al borde de una carretera.
Bedoya investigaba una red de tráfico de armas en el centro penitenciario y su rapto se dio con complicidad de agentes del Estado, especialmente de un “influyente” general de la Policía, de acuerdo al testimonio que dio ante la corte.
Los paramilitares, algunos ya condenados por esta agresión, fueron milicias de ultraderecha que combatieron a sangre y fuego a las guerrillas izquierdistas en Colombia, hasta su desmovilización en 2006.
“Una bofetada más”
Bedoya interpretó el gesto de Gómez este martes como un “perdón parcial” y “una bofetada más”.
Hace una semana el representante del Estado colombiano se retiró de la audiencia alegando “sesgo” de la Corte y recusó a los jueces sin éxito.
Bedoya lamentó que el perdón oficial se limitara a las numerosas explicaciones que debió dar sobre su violación.
“Un perdón total es reconocer que hay una ausencia de todas las líneas de investigación, pero sobre todo, de todo el apoyo que se le puede dar a una mujer que ha sufrido la peor violencia (…) la violencia sexual”, dijo en una rueda de prensa posterior.
Un año antes del secuestro, Bedoya y su madre, Luz Nelly Lima, fueron víctimas de un atentado que también hace parte del expediente. El Estado se excusó “por la falta de investigación del ataque” ocurrido en 1999.
“El daño causado a mi madre y a mí por las violaciones que hemos venido sufriendo hace más de 20 años y la impunidad en que estas se mantienen no nos han permitido cerrar el ciclo de violencia y recuperar nuestra vida”, declaró la periodista.
Bedoya pidió medidas de protección para ella y su madre, así como el cierre de la cárcel La Modelo y su transformación en un espacio de memoria.
La defensa del Estado aseguró que no existen pruebas “suficientes para demostrar la participación de agentes estatales en los hechos”, y consideró inviable la clausura del centro penitenciario.
Los jueces no tienen un plazo para emitir sentencia. Sin embargo, los fallos de la Corte IDH, con sede en San José de Costa Rica, son definitivos e inapelables.
Por Agencia