jueves, noviembre 21

CODHEZ: Zulianos deben hacer esfuerzos adicionales para paliar la precariedad de los servicios públicos

La compleja situación de acceso a los servicios públicos como electricidad, agua potable, aseo urbano, suministro de combustible y transporte público en el estado Zulia provoca que sus habitantes deban hacer esfuerzos adicionales y cubrir con sus propios recursos el funcionamiento de estos, ante una inactividad estatal producto del desinterés, la desinversión, la falta de sentido de responsabilidad y cumplimiento de los mandatos constitucionales.

Así lo evidencia la Comisión para los Derechos Humanos del Estado (Codhez) en su boletín Situación General de los Derechos Humanos en el Zulia – Acceso a Servicios Públicos Básicos, el cual documenta que, a consecuencia de las fallas en la prestación de servicios básicos, los zulianos se han enfrentado a perder equipos eléctricos por las fluctuaciones eléctricas, dormir con sofoco por el calor abrumador de las noches sin electricidad, comprar agua mediante camiones cisternas, cargar pesados botellones de agua para llenar los tanques en casa, pagar a particulares para la recolección de los desechos ante la falta de camiones recolectores, asumir el sobreprecio de la venta del litro de gasolina de manos de terceros para evitar hacer las colas y caminar extensos recorridos por no contar con transporte público.

Una situación que no ve luz

En este boletín, Codhez apunta que desde hace más de 15 años Venezuela ─y de manera diferenciada el Zulia─ vive en incertidumbre y limitaciones en la fluidez del servicio eléctrico en medio de decisiones coyunturales y desacertadas, traducidas en vulneraciones a la calidad de vida.

De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, para noviembre de 2023 a nivel nacional se reportaba un incremento de hasta un 50% de las fallas eléctricas, siendo la región zuliana una de las entidades más afectadas.

Asimismo, el 2024 comenzó con trabajos de mantenimiento a las líneas de transmisión que atraviesan el Lago de Maracaibo y, con ello, 60 días de racionamientos, aproximadamente. Luego, las fallas de este servicio han continuado.

Esta ausencia constante del servicio eléctrico tiene una repercusión negativa a gran escala, advierte Codhez: “sin electricidad las sociedades se paralizan, no avanzan, caen en el estancamiento, en el cansancio, en el desasosiego por no poder realizar con normalidad lo que todas las personas tienen derecho, como experimentar tranquilidad y comodidad en sus espacios privados, asistir a la escuela y recibir educación en el horario escolar completo, tener la posibilidad de ser atendido en los centros de salud público sin interrupciones ni riesgos de ningún tipo, o simplemente cumplir con las jornadas laborales productivas, sin sobresalto alguno”.

Sin soluciones potables

Aun cuando las fallas eléctricas se han relacionado estrechamente con el Zulia, el boletín de Codhez sugiere que, en la región, “la crisis de acceso al agua potable tal vez es más grave que la del servicio eléctrico”.

Como ejemplo, se destaca que en diciembre de 2023 se estimaba que alrededor el 75% de la población de San José de Perijá, municipio Machiques de Perijá, estaba sin servicio de agua por tuberías, situación que se había extendido desde hace más de cuatro meses.

En otras localidades, como en el municipio San Francisco, también las comunidades se han visto obligadas a reinventarse y autogestionar el acceso al agua potable. Así, en la comunidad de El Manzanillo, unas 150 personas se ven beneficiadas con un pozo artesanal construido; cada hogar debe dar una contribución de un dólar estadounidense semanal para tener acceso a una hora de agua.

En el caso del municipio Guajira, se resaltan las extensas caminatas que deben realizar las mujeres, de hasta 15 kilómetros, para buscar agua. Para la mayoría de ellas, la compra de agua prácticamente está descartada. El precio de una pipa de agua es de unos 7.000,00 pesos colombianos (el equivalente a 2,00 dólares estadounidenses) y solo cubre las necesidades para un día.

Por su parte, casi como un rasgo común de la situación de los hogares de la Costa Oriental del Lago, los habitantes del municipio Simón Bolívar también están fuertemente afectados por la crisis hídrica, pues hay sectores que desde hace una década no gozan de agua potable por tuberías. Nuevamente, la fabricación de pozos artesanales, la compra y venta especulativa del agua, los largos recorridos a pie para la búsqueda del agua, son las soluciones que surgen desde las comunidades dada la falta de respuesta gubernamental.

Recolección urgente

Según la investigación de Codhez, las municipalidades zulianas no disponen de las maquinarias, implementos ni personal suficiente para atender la demanda de los miles de sectores que diariamente acumulan basura procedente de los hogares, actividades comerciales, actividades industriales, entre otras.

Como muestra, en el municipio San Francisco se reportan malos olores, dificultad para transitar en las calles y proliferación de insectos. Se trata de un problema que data de hace tiempo, llegando a contar hasta más de 10 años sin un servicio de aseo urbano decente.

Además, las costas del Lago de Maracaibo también se ven muy afectadas por este problema, lo que aumenta su alarmante estado actual de contaminación.

Problemas pendulares

La crisis de combustible es un problema de magnitud nacional, por lo que su atención y solución debe ser también de gran envergadura, anota la asociación civil. “En algunas zonas, como en el Área Metropolitana de Maracaibo, el suministro de gasolina ha tenido un notorio avance, aunque eventualmente se observan algunas colas de vehículos en espera de su turno. Sin embargo, en otras regiones del Zulia las limitaciones para acceder al combustible persisten”, anota Codhez.

A su vez, la inestabilidad en el suministro de gasolina se traduce en dificultades para que los choferes de las rutas urbanas y extraurbanas puedan prestar oportunamente su servicio, quienes se ven severamente perjudicados en su actividad laboral, además, del malestar causado a las personas usuarias obligadas a esperar horas para poder movilizarse de un punto de la ciudad a otro.

Zulia sin servicios

La finalidad última de los servicios públicos básicos es la satisfacción de necesidades comunes o generales, sin embargo, en el Zulia parece utópico este escenario. Por ello, Codhez insiste que gozar de servicios públicos básicos caracterizados por su buen funcionamiento es determinante en el ejercicio pleno, libre y completo de los derechos humanos.

“Son nociones articuladas y relacionadas: no se concibe la posibilidad de gozar de libertad, integridad, salud, educación, disfrute, entre otros, sin que las necesidades generalizadas, comunes o de interés general estén satisfechas y atendidas por los órganos competentes del Estado venezolano”, recalca la organización.

En tal sentido, a través de este estudio se reitera la exigencia que el Estado venezolano debe asumir sus obligaciones constitucionales e internacionales en torno a proveer las condiciones suficientes, tanto para el acceso a servicios como para funcionamiento óptimo de los mismos, generando igualdad de oportunidades para todos los zulianos.

Por: Nota de prensa