Bajo el lema de «ordenar la casa», el Gobierno de Chile promulgó este domingo la nueva Ley de Migración que tardó 8 años en aprobarse y que recibió un aluvión de críticas de la oposición y de organizaciones promigrantes por imponer una mayor «rigidez» fronteriza y agilizar las deportaciones.
«El objetivo es poner orden en nuestra casa a través una política ordenada, segura y regular que permita la inmigración legal y combata la ilegal», afirmó el presidente, el conservador Sebastián Piñera.
La nueva ley busca facilitar las deportaciones y exige obtener un visado en el país de origen con el fin de evitar que extranjeros ingresen en calidad de turistas y cambien su calidad migratoria para buscar trabajo.
La promulgación de la ley se produce en un momento de auge migratorio, especialmente en la frontera norte, entre Chile y Bolivia, donde durante febrero y marzo se registró la entrada de más de un millar de inmigrantes de manera irregular que provocó el colapso de varias pequeñas localidades fronterizas.
El desabastecimiento, los enfrentamientos entre autoridades y grupos de migrantes y la crisis sanitaria por el covid-19 crearon un clima de máxima tensión en la región, que empeoró con la muerte de cinco extranjeros.
Por: Agencia