Con despliegue de maquinaria pesada y el apoyo logístico del Ejército, Chile continuó este martes los trabajos de “despeje” y “mantenimiento” de la zanja limítrofe que separa la localidad de Colchane de la vecina Bolivia, punto caliente de un flujo migratorio irregular que a la fecha se perfila como una crisis humanitaria sin precedentes en el país.
Javier García, el alcalde de la pequeña comuna emplazada a casi tres mil 700 metros de altura sobre el nivel del mar, que se ha convertido en el primer escenario de la crisis humanitaria derivada de la ola migratoria, valoró el trabajo y dijo que es una “señal de mayor protección”.
“Era necesario. Es un sector muy permeable y resultaba atractivo para migrantes que se encuentran en otros países y veían la oportunidad de cruzar hacia Chile”, apuntó este martes el edil, según detalla EFE.
Se trata de una fosa excavada en 2017, con una profundidad de 1,20 metros y una longitud de 100 metros, destinada a impedir el paso irregular de personas, pero durante los últimos años se han tendido sobre ella improvisados cruces con capas de tierra y otros materiales usados a diario por inmigrantes que intentan llegar a Chile.
El ministro del Interior, Rodrigo Delgado, explicó el lunes que “las personas que se dedican al contrabando o al ingreso clandestino han logrado poner ciertos puentes (sobre la zanja) para poder pasar de una manera más cómoda”.
“Lo que hay hoy día en Colchane es una maquinaria que va a lograr hacer una mantención, vale decir, el despeje de toda aquella estructura que permita el paso, sobre todo para quienes están ejerciendo el contrabando y tráfico de migrantes”, agregó el secretario de Estado.
Por: Agencias / Foto: Cortesía