El joven zuliano, Cesar Padrón (24), conocido por atravesar el río Grande con la señora Irma Guillen (78) en brazos, ya es libre de caminar por las calles estadounidenses sin mayores restricciones a las acordadas con el juez de migraciones, luego que su familia recaudara los 10 mil dólares de fianza.
Y es que precisamente esa imagen que recorrió el mundo convirtió al muchacho en una celebridad entre sus paisanos y otros inmigrantes en la nación norteamericana por eso Carolina Pereira, periodista venezolana radicada en Dallas, Texas, entrevistó a este samaritano, quien compartió parte de lo que fueron sus pensamientos mientras cruzaba el afluente con la septuagenaria en brazos y sus vivencias durante la detención.
¿Qué fue lo que te hizo cargar a la señora Irma en vez de irte solito, viendo por tu vida?
Bueno primero que nada yo creo que siempre fue Dios. Es algo que no lo pensé, había muchas personas, la situación era un poco desesperante yo veo a la señora casi que desvanecida, con bastoncito, me le acerco, ella me dice como qué ‘mijo necesito cruzar, necesito conocer a mi nieta´ algo así me dice ‘pero no puedo’ le pregunté si la podía ayudar, me dijo que sí y lo primero que hice fue soltar los bolsos y cargarla.
¿Tú puedes describir la situación alrededor de ti? En esas historias tan bonitas que las pintan en ese momento que cuando estabas cruzando el río, cuando dejaste tus cosas ¿Cómo fue esa situación?
Desesperante. Yo podía ver en la gente como en mí la expectativa. Todos estábamos a la expectativa de que cualquier cosa podía pasar. Allí nadie sabe con qué te puedes encontrar en el camino, tú no sabes si va a salir alguien x, un animal, el río, la corriente, desesperante, nadie sabe qué puede pasar, sólo hay que ir mentalizado.
¿Tú por un momento pensaste que no lo lograrías?
Cuando tomé la decisión y la cargo, estaba pesadita, ustedes la ven así, pero estaba pesadita, de verdad que nunca pensé que no lo iba a logar. Por mi mente sólo pasaba ‘Dios ayúdame’. No tenía otro tipo de pensamiento. Estaba supercansado, no aguantaba los brazos, no aguantaba la espalda, pero nunca pensé que no lo lograría. Yo sabía que de una u otra forma yo iba a llegar.
Y Dios te ayudó y tus músculos deportistas también te ayudaron. Cesar llegas a Estados Unidos ese proceso muy complejo, respiras, pero allí comienza un nuevo proceso ¿Cómo es estar detenido en Estados Unidos? Descríbenos eso.
No es lo que nadie se imagina y no es como algunas personas te lo cuentan. Como algunos saben para todos es diferente, algunos pueden caer con la suerte de caer un buen lugar, que lo suelten rápido o se puedan tardar el tiempo que yo me tardé, pero eso no es un lobby, una sala de espera, la verdad es algo que no se lo deseo a nadie, pero tampoco le digo que no lo hagan o sí lo hagan.
Cada quien tiene un mundo en la cabeza y cada quien toma su decisión.
¿Cuántas personas como tú conociste? Venezolanos que estaban allí ¿Cómo dormías? Descríbeme la situación en Estados Unidos dentro del centro de detención.
Venezolanos como arroz. Era lo que más había. Yo pasé por dos centros de detención. El primero fue algo ¡wao! Difícil estábamos todos como en una lata de sardina, algo así, unos arriba de otros. Yo casi no dormía casi no comía, las luces nunca las apagan, todos allí, no me bañé como por cinco días, es horrible.
Luego de allí nos trasladan a lo que todo el mundo llama refugio, pero pienso que es como un centro de detención. Un poco mejor y habíamos como 40 personas, cada quien tiene su cama, aire, las tres comidas variadas, compartes con otras personas de otros países, de otras costumbres que no es como nosotros, como los venezolanos de social, no sé, tú me entiendes, pero difícil. Es algo que no se lo deseo a nadie, pero como te dije ahorita, no le digo que no lo haga o que sí lo haga.
Fíjate Cesar tu fianza
(Sonríe) Nunca en la vida pensé que me iba a pasar.
¿La consideras justas? Cuando escuchas esa cantidad de dinero ¿qué crees Cesar?
No nada. Yo casi me caigo de la silla esa (sonríe) pensé: ‘ya me quedé aquí’ eso fue lo primero que pensé ‘me quedé aquí a que mi proceso siguiera aquí (en el centro de detención)’. Contaba con la ayuda del abogado, estaba confiado, estaba muy confiado por mi abogado, pero sabía que sería difícil pasar mi proceso allá adentro y pensé lo peor, pero a la vez me mantuve firme, nunca perdí la fe.
Y la cantidad de gente Cesar que comenzó ayudar. ¿Estas consciente de lo que tu generas? Esa acción que tú hiciste, porque la señora Irma es como la abuelita de todos, como ha generado eco en las personas.
Bueno yo debo estar adentro, como el quinto o sexto día, yo no conocía a nadie. A mí me hacen como señas y que ‘mira tú eres el de la señora’,algo así me dijeron. Yo no sabía que decirle porque no sabía lo que ocurría afuera y me dijeron ‘sí tu hiciste esto, aquello, tú saliste por la televisión’. Nunca me imaginé nada.
Luego en el centro de detención también muchas personas me dijeron algo así, pero jamás me hubiera imaginado lo que de verdad fue cuando yo abrí el teléfono y me metí en Instagram. Todavía sigo leyendo mensajes y todavía sigo respondiendo.
Al final de la conversación la periodista agradeció a Padrón el gesto con la señora Irma en nombre de toda la audiencia de su Live.
Cesar muchas gracias. Sé que no tienes mucho tiempo y también tiene muchas invitaciones para hablar sólo quiero decirte que le digas a tus papás que hicieron un excelente trabajo contigo, que tú eres la esperanza de esos venezolanos buenos, de esos chamos que todavía pueden recuperar nuestra tierra y pueden dejar muy en alto la bandera de nuestro país.
Ver esta publicación en Instagram
Por: José Manuel Sánchez / Foto: Cortesía