viernes, noviembre 22

Castillo y Fujimori compiten en populismo en su primer cara a cara en Perú

El populismo, la demagogia y la xenofobia reinaron este sábado en el primer cara a cara entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori, un improvisado debate al que los dos candidatos de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Perú se habían retado y emplazado en los días previos.

Este duelo callejero y lleno de ataques personales entró en la historia política de Perú por ser el segundo debate presidencial que se celebra fuera de Lima y el primero en una zona rural, ya que tuvo como escenario Chota, un pequeño pueblo de los Andes peruanos de cuya provincia es oriundo Castillo.

El candidato actuaba de local, pues en esa provincia fue el más votado en la primera vuelta con el 66 por ciento de los votos frente al cinco por ciento de Fujimori.

A 1.00 de la tarde en la plaza principal de Chota era la cita, organizada en tiempo récord y de manera paralela a los dos debates presidenciales que espera celebrar el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) con ambos candidatos, una propuesta que aún no es aceptada por el partido de Castillo.

“Si Fujimori quiere debatir, le espero en Chota”, indicó Castillo esta semana, un reto que no amilanó a Fujimori, quien aceptó la propuesta de debatir contra su rival en su tierra y con las condiciones que él pusiera.

Fujimori llegó tarde

Pese a que la hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) llegó media hora tarde a la cita, el debate se celebró ante la expectación de toda la población de Chota, que se concentró sin respetar las medidas de seguridad frente al COVID-19 aunque sólo un pequeño grupo pudo entrar a la plaza.

“Después de poner tantas excusas, finalmente tuve que venir hasta aquí para hacer un intercambio de ideas. Espero que nos podamos ver también en los próximos debates”, señaló Fujimori.

El debate, moderado por los periodistas locales Carlos Idrogo y Henry Flores, se estructuró en cinco temas (salud, educación, economía, seguridad y lucha anticorrupción).

Ambos candidatos aparecieron con prendas alusivas a Perú, con Fujimori luciendo la camiseta de la selección peruana de fútbol y Castillo una casaca con el logotipo de la marca Perú.

Sin embargo, el cara a cara reforzó la contraposición de ideas que tienen ambos candidatos sobre el futuro de Perú, especialmente sobre la continuidad del modelo económico liberal que se mantiene en Perú desde el expresidente Fujimori.

Choque de ideas

Mientras Castillo, candidato del partido de extrema izquierda Perú Libre, apuesta por una nueva Constitución y la nacionalización de los recursos, Fujimori representa la derecha autoritaria de su padre y la continuidad de la Constitución vigente desde 1993, surgida tras el “autogolpe” de Estado del exmandatario.

“Esta Constitución hecha por la gran corrupción ha saqueado al pueblo peruano”, aseguró Castillo, que se reafirmó en nacionalizar los recursos naturales, especialmente el gas.

“Estos corruptos han hecho su propia Constitución, han saqueado el país y se han querido enquistar en el Gobierno”, añadió el candidato para recordar al expresidente Fujimori, que fue reelegido en el 2000 a pesar de que lo impedía la Constitución, antes de ser condenado a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad.

La candidata del partido fujimorista Fuerza Popular prometió “un país reconciliado y sin lucha de clases”; porque el país “necesita un cambio, pero no un cambio hacia atrás ni un salto al abismo”, y exigió a Castillo responder por Vladimir Cerrón, el fundador de Perú Libre con una condena vigente por corrupción, según detalla EFE.

Intercambio de populismo

Poco a poco los dos candidatos se enzarzaron en un intercambio de propuestas populistas, como conseguir una vacuna peruana contra el COVID-19, algo en lo que coincidieron.

Fujimori sugirió reducir los impuestos a los combustibles y entregar directamente a la gente el canon de la explotación de hidrocarburos que ahora reciben los gobiernos regionales, a los que criticó en la figura de Cerrón, quien fue gobernador de Junín.

En respuesta, Castillo afirmó que invertirá el 10 por ciento del producto interior bruto (PIB) en educación y otro 10 por ciento en salud, dará su sueldo a los más vulnerables, los jueces serán nombrados por elección popular y firmará un decreto para que “en 72 horas se vayan del país todos los extranjeros que han venido a delinquir”.

En educación, Fujimori prometió construir en cinco años tres mil escuelas, las mismas que su padre hizo en diez años, y dar mejores condiciones “a los maestros que enseñan, no a los que están con licencia sindical y dejaron abandonados a los niños”, en clara referencia a Castillo.

El candidato respondió que es su derecho y le recordó que ella llegó a Chota con un permiso judicial, pues afronta una acusación de 30 años de cárcel por lavado de dinero en sus anteriores campañas electorales que ya le llevaron a pasar recientemente 15 meses en prisión preventiva.

¿Habrá revancha?

Para terminar, Fujimori le insistió a Castillo en que no se corra (huya) de los demás de debates, a lo que su rival le respondió que no hará como hizo su padre, en referencia a su dimisión a la Presidencia por fax desde Japón cuando en el 2000 se descubrió la gigantesca trama de corrupción dentro de su administración.

Las últimas encuestas para la votación del 6 de junio dan a Castillo primero en intención de voto con el 44 por ciento, con al menos 10 puntos de ventaja sobre Fujimori.

Por: Agencias / Foto: Cortesía