martes, noviembre 5

Bolsonaro participa en marcha evangélica

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, participó este sábado en una multitudinaria marcha evangélica en una playa del sur del país y en su discurso ignoró los escándalos agravados esta semana en su Ministerio de Educación y que salpicaron a pastores religiosos próximos de él.

«Siempre he hablado de las cuatro líneas de la Constitución. Tengo la seguridad de que si es necesario, y cada vez me parece más que lo será, nosotros tomaremos las decisiones que deben ser tomadas», declaró Bolsonaro a centenas de evangélicos congregados en el Balneario Camboriu, una ciudad del estado de Santa Catarina, reseñó EFE.

Sin especificar sobre ese tipo de «decisiones», Bolsonaro dio la declaración en un momento que coincide con su crudo enfrentamiento con el poder Judicial y sin repuntar en las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones de octubre, donde su opositor y expresidente Luiz Inácio Luda Silva lidera todos los sondeos.

El viernes, un juez y el Ministerio Público Federal (fiscalía) pidieron a la Corte Suprema que investigue una posible «interferencia» de Bolsonaro, en favor de su exministro de Educación y pastor presbiteriano Milton Ribeiro, quien llegó a ser detenido por asuntos de corrupción y después liberado.

Según el Ministerio Público Federal, existirían «indicios de una filtración de la operación policial» que el pasado miércoles llevó a prisión a Ribeiro «y de una posible interferencia por parte del Presidente de la República en las investigaciones».

Las sospechas del juez Renato Borelli, magistrado de la Fiscalía, apuntan a que Ribeiro pudiera haber sido avisado por Bolsonaro con anterioridad del avance de las investigaciones y de un allanamiento a su residencia, que ocurrió efectivamente el pasado miércoles, cuando fue detenido, y le pudo así dar tiempo de ocultar pruebas.

Ribeiro, quien es pastor de una iglesia presbiteriana, fue ministro entre julio de 2020 y marzo pasado, cuando presentó su renuncia acorralado por sospechas de que integraba una presunta red de corrupción tejida en su despacho y que favorecía la liberación de recursos para pastores próximos de Bolsonaro.

Según las denuncias, los pastores evangelistas Gilmar Santos y Arilton Moura, con aval de Ribeiro, extorsionaban a alcaldes de diversas ciudades y exigían coimas para liberar recursos de la cartera de Educación para esos municipios.

Las sospechas han sido ratificadas al menos por tres alcaldes y, en relación a los pastores Santos y Moura, agregan que durante los últimos dos años visitaron una treintena de veces el Palacio presidencial, lo cual ha sido confirmado por fuentes oficiales.

Ribeiro, que había tenido antes el apoyo del gobernante, y los pastores permanecieron detenidos durante 24 horas, pero fueron liberados gracias a una decisión de otro tribunal, el cual consideró que no existían las «condiciones legales necesarias» para justificar una prisión «preventiva».

Después del escándalo, Bolsonaro dijo esta semana que Ribeiro deberá «responder por sus actos» y, en ese sentido, la Policía está «actuando» para ver si cometió algún delito.

La de este sábado fue la tercera participación de Bolsonaro en la tradicional «Marcha para Jesús», una concentración de evangélicos en ciudades de todo el país durante junio y en las que el jefe de Estado ya había estado en Manaus (Amazonas, norte) y Curitiba (Paraná, sur).

 

Por Agencia