Para estar acusado de liderar un intento de golpe de Estado y vetado para competir en elecciones, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro parece bastante tranquilo sobre su futuro político.
Desde su punto de vista, si el mandatario estadounidense Donald Trump logró superar sus graves problemas legales antes de volver al poder, ¿por qué él no podría hacerlo?
«Estoy tranquilo… me importa un carajo la prisión», dijo la semana pasada el ultraderechista, de 69 años, tras ser imputado por un presunto plan para impedir la asunción del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva luego de que lo derrotara en las elecciones de 2022.
Alentado por la fuerza global de la extrema derecha, el expresidente (2019-2022) espera que Trump ejerza presión sobre los poderes públicos brasileños para detener lo que él denuncia como una «persecución» en su contra, detalla AFP.
El exmandatario ha expresado su confianza en que Trump use su «influencia» para intervenir a su favor.
«No aceptará que ciertas personas en el mundo persigan a sus oponentes», declaró a periodistas en enero.
Trump ha afirmado que ambos son «buenos amigos» y la semana pasada calificó a Bolsonaro de «gran caballero» durante una convención ultraconservadora en Estados Unidos.
Bolsonaro espera una decisión de la corte suprema sobre si enfrentará un juicio por la supuesta trama golpista, que le expondría a una pena de hasta 40 años de prisión.
Al mismo tiempo, busca que el Congreso revierta su inhabilitación política por desinformar sobre el sistema de votación brasileño y ser así candidato en 2026.
Juez brasileño en la mira
Guilherme Casarões, analista político de la Fundación Getúlio Vargas, considera que las esperanzas de Bolsonaro de volver a postularse a la presidencia «parecen poco realistas en este momento».
No obstante, «el gobierno de Trump podría intentar ejercer presión sobre las autoridades brasileñas», señaló.
Una estrategia puede ser la ofensiva que el entorno de Trump y algunas empresas emprendieron contra el juez de la corte suprema Alexandre de Moraes, quien lleva el caso contra Bolsonaro.
El juez también protagoniza una campaña contra la desinformación en internet que llevó recientemente a la empresa de medios de Trump y a la plataforma de videos Rumble a demandarlo por «censura».
Después de suspender temporalmente en 2024 la red X de Elon Musk en Brasil por no acatar órdenes judiciales, Moraes hizo lo propio este mes con Rumble tras exigirle apagar cuentas acusadas de propagar discursos de odio.
Esto hizo reaccionar al departamento de Estado.
«Bloquear el acceso a la información e imponer multas a empresas radicadas en Estados Unidos por recusarse a censurar individuos que viven allí es incompatible con los valores democráticos», publicó en X.
El gobierno de Lula replicó.
Brasil «rechaza con firmeza cualquier intento de politizar decisiones judiciales», dijo su cancillería.
Paralelamente, un comité del Congreso estadounidense aprobó el miércoles un proyecto de ley inspirado explícitamente en Moraes, que podría prohibir la entrada a funcionarios extranjeros si intentan censurar a empresas estadounidenses.
Por su parte, uno de los hijos de Bolsonaro, el diputado Eduardo Bolsonaro, viajó varias veces a Estados Unidos para abogar por su padre ante miembros del Partido Republicano y promover sanciones contra Moraes.
¿Resucitar de las cenizas?
Lucas Leite, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Armando Álvares Penteado de Sao Paulo, cree que al expresidente brasileño le será mucho más difícil volver al poder que a Trump.
«La única forma (…) sería a través de una amnistía del Congreso, con algún pacto político entre los principales partidos, pero dudo mucho que eso ocurra», dijo a la AFP.
«Veo muy probable que sea condenado antes de 2026» para evitar que su situación «contamine» la carrera electoral, agregó Leite.
En los últimos meses, Bolsonaro ha buscado resaltar paralelos entre él y Trump.
Por ejemplo, recordó el ataque con un cuchillo que sufrió en un mitin en 2018 y lo comparó con el intento de asesinato contra Trump el año pasado, cuando un disparo le rozó la cabeza.
En enero de 2023, simpatizantes de Bolsonaro asaltaron las sedes de los poderes públicos en Brasilia, de un modo parecido a lo que habían hecho trumpistas en el Capitolio dos años antes.
Los electores bolsonaristas mantienen el optimismo sobre su regreso.
«Trump volvió al poder, resurgió de las cenizas como un fénix, así que creo que Bolsonaro, incluso con toda esta persecución, también regresará en 2026», dijo a la AFP Silvia Lucía Soares, una costurera de 61 años.
Por: Agencias / Foto: cortesía


