El presidente de Bolivia, Luis Arce, instó este sábado a las Fuerzas Armadas a comenzar «un nuevo ciclo» que sea «junto al pueblo» en el que «nunca más» sean parte de «golpes de Estado» ni reciban armamento de otros países para reprimir a la población, haciendo alusión a la crisis política y social de 2019.
El mandatario boliviano asistió este sábado junto al vicepresidente David Choquehuanca, ministros y jefes militares a la parada militar realizada en la ciudad de Sucre, la capital de Bolivia, por los 196 años de la creación de las Fuerzas Armadas del país.
«Es hora de empezar un nuevo ciclo, una nueva época para nuestras Fuerzas Armadas. En esta gran tarea el pueblo está esperando caminar juntos y el pueblo nunca les dará la espalda porque nunca irá a tocar las puertas de cuarteles para pedirles que conspiren contra la democracia», expresó Arce en su discurso.
El mandatario siguió indicando en medio de aplausos y silbidos que «el pueblo» tampoco les quitará el armamento a las Fuerzas Armadas «para entregarle a una potencia extranjera que los desarme» y que la única exigencia será que cumplan con su rol de «defender la soberanía nacional y construir el desarrollo integral» del país.
El mandatario indicó que es la «época» en la que esa institución tendrá que «adecuar» su pensamiento y estructura al modelo «social, comunitario» impulsado por el partido gubernamental.
Luis Arce reprochó que «algunos malos militares» hayan contribuido en el «golpe de Estado» de 2019 que mostró el «acecho» de la «restauración conservadora» que fue contra «el sentir mayoritario de las Fuerzas Armadas» intentado «enlodar» la institución con «masacres» que ha «herido el sentimiento popular».
Por ello instó a esa institución a «recuperar la confianza del pueblo» para así «consolidar la democracia».
En el acto se entregó condecoraciones al mandatario boliviano, al vicepresidente y otras autoridades bolivianas, además de realizar un «silencio plegaria» en honor a todos los oficiales caídos por la COVID-19.
Antecedentes
El Gobierno considera que los sucesos de 2019 que derivaron en la renuncia del entonces presidente Evo Morales fueron un «golpe de Estado».
Mientras que la oposición considera que los procesos penales iniciados por el gobernante MAS son una persecución política contra aquellos que denunciaron un fraude en los comicios anulados de ese año.
La Justicia boliviana investiga el caso denominado «golpe de Estado» por el que están en detención preventiva la expresidenta transitoria Jeanine Áñez, dos de sus ministros y exjefes policiales y militares.
También se indaga el envío de material antidisturbio desde Argentina al país en 2019 que, según el Gobierno de Arce, sirvió para «apoyar el golpe de Estado» durante la crisis política y social que vivió el país luego de los comicios anulados en 2019.
Arce aseguró el viernes, en el acto en la Asamblea Legislativa por el 196 aniversario de la independencia de Bolivia, que no va a descansar para «exigir» el procesamiento y la sanción a los responsables por la crisis de 2019.
Por: Agencia