La junta militar de Birmania liberó este miércoles a cientos de presos de una cárcel de Rangún, muchos de ellos estudiantes que habían sido detenidos a principios de mes por protestar contra el golpe de Estado, además de un periodista de la agencia estadounidense Associated Press (AP).
Aunque no hay un número oficial de presos liberados de la prisión Insein, el portal Myanmar Now los cifró en 600, entre ellos el periodista de la agencia AP Thein Zaw.
Muchos de los liberados fueron detenidos por vulnerar el artículo 505a del código penal, que considera delito publicar o difundir cualquier afirmación, rumor o informe que pueda incitar a la rebelión o el abandono de sus funciones de las fuerzas de seguridad, señaló el portal.
Por su parte, un abogado indicó al medio DVB que entre los liberados figuran los 300 manifestantes arrestados el pasado 3 de marzo por las fuerzas del orden durante la represión de las protestas en Rangún, la urbe más poblada del país.
Según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) de Birmania, al menos 275 personas han muerto y 2812 han sido detenidas desde la ejecución del golpe, de los que hasta hoy más de 2.400 continuaban bajo custodia, incluida la jefa del Gobierno depuesta, Aung San Suu Kyi.
Las calles de las principales ciudades de Birmania (Myanmar), incluidas Rangún y Mandalay, amanecieron vacías este miércoles debido a una «huelga de silencio» lanzada por el Movimiento de Desobediencia Civil contra la junta militar.
«El objetivo de la #Huelgadesilencio es demostrar que nosotros gobernamos las ciudades. No la junta militar», escribió en Twitter el Movimiento de Desobediencia Civil, una organización informal formada tras el golpe de Estado militar.
La comunidad internacional ha condenado duramente el golpe militar y la brutal violencia contra las protestas, y varios países como Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto sanciones contra los líderes militares, incluido el jefe de la junta, Min Aung Hlaing.
Además de la violencia contra los manifestantes antijunta, los militares han llevado a cabo una campaña de persecución y detenciones para acallar a los medios y apagones parciales de internet para limitar el flujo de información.
Por Agencia