En el ámbito tecnológico, concebir ideas innovadoras para productos o servicios es crucial, pero la sincronización y el contexto en los que surgen esas ideas son igualmente vitales, si no más.
A lo largo de la historia, hemos sido testigos de la aparición de productos que, con el tiempo, se han revelado como verdaderamente transformadores o adelantados a su época.
En los albores de la informática personal, cuando IBM ya había consolidado su posición en el mercado, emergieron varios nombres destacados, pero dos sobresalieron por encima del resto: Steve Jobs y Bill Gates.
Ambos estaban en el lugar adecuado en el momento adecuado para materializar sus visiones, explican desde Xataka. Pero, ¿qué pasaría si Bill Gates tuviera 50 años menos y tuviera que comenzar de nuevo? El fundador de Microsoft tiene claro cuál sería su apuesta ganadora, y no resulta sorprendente.
Hoy en día, la inteligencia artificial está en el centro de todo. Prácticamente ninguna aplicación relevante carece de alguna función que utilice IA.
Más allá de plataformas como ChatGPT y una multitud de aplicaciones de inteligencia artificial generativa para imágenes y vídeos, la IA está presente en todos lados.
Microsoft incorporó inteligencia artificial en su suite de herramientas gracias a sus alianzas con OpenAI. Google está haciendo lo mismo con su proyecto Gemini, y Apple, que había mantenido un perfil bajo respecto a la IA, ahora presenta Apple Intelligence.
La inteligencia artificial se está aplicando en videojuegos y en aplicaciones como Notion, y dispositivos como los Pixel 9 y Galaxy S24 han facilitado el acceso a la IA generativa a través de sus capacidades fotográficas.
Las grandes empresas tecnológicas están invirtiendo miles de millones en infraestructuras para IA, con la promesa de que estas inversiones serán rentables a largo plazo.
A pesar de algunos indicios de desaceleración en el mercado, se anticipa que la valoración de OpenAI podría alcanzar los 150.000 millones de dólares, posicionándose entre los gigantes del sector y rivalizando con empresas como Disney o Inditex.
¿Por qué es relevante este contexto? Porque Gates, quien jugó un papel fundamental en la estandarización del uso de la informática para todos, ha declarado a CNBC que, si tuviera que empezar de nuevo hoy, se lanzaría al competitivo mundo de la inteligencia artificial con una nueva startup enfocada en ese campo.
«Hoy en día, alguien podría recaudar miles de millones para una nueva empresa de inteligencia artificial con solo unas pocas ideas iniciales».
Sin embargo, Gates parece simplificar el proceso, ya que muchas ideas podrían haber sido presentadas previamente a inversores importantes (de ahí que las grandes tecnológicas estén invirtiendo fuertemente en OpenAI). No obstante, el empresario retirado subraya que la clave radica en tener… fe.
«Tuve la suerte de que mi confianza en el software me hizo destacar», señala Bill Gates, añadiendo que «creer en la IA no es algo excepcional», pero si se logra desarrollar una perspectiva única sobre cómo diseñar sistemas de IA, se podría encontrar un enfoque diferenciador que otros no posean. Todo dependerá, por supuesto, del capital que se logre atraer de los inversores.
Y hay capital disponible. Un informe de PitchBook publicado en agosto reveló que en lo que va de 2024, los inversores han desembolsado 26.800 millones de dólares en acuerdos relacionados con inteligencia artificial generativa. En comparación, las empresas del sector recaudaron 25.900 millones en todo 2023, lo que sugiere que 2024 podría establecer un nuevo récord.
Gates menciona que si pudiera reunir suficiente financiación, no dudaría en mirar hacia el futuro. En ese caso, consideraría lanzar un competidor para gigantes como Google, Nvidia u OpenAI. Es interesante notar esto último dado que OpenAI cuenta actualmente con el respaldo de Microsoft.
Por Agencia