jueves, noviembre 7

Bicentenario

Concluyen estos próximos meses del 2021, las conmemoraciones de los 200 años de independencia de muchos países de Latinoamérica y el Caribe.

México, desde la presidencia pro tempore de Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, ha dado importancia especial a estas fechas dentro de sus celebraciones, evocando circunstancias y personajes, héroes nuestros americanos que son para todo un ejercicio de memoria histórica, hechos del pasado, que nos unifican.

En los actos de celebración de la Firma de los Tratados de Córdoba, en esa población del estado de Veracruz, oímos al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, una remembranza de Vicente Rocafuerte, presidente del Ecuador luego de la disolución de Colombia y sus relaciones con México.

En la misma ciudad Puerto de Veracruz, nos recordaban, en ocasión de la celebración del nacimiento de Simón Bolívar, la amistad fraternal entre un veracruzano, Miguel Santa María y el propio Libertador, al punto que aquel lo designó como su plenipotenciario para negociar y firmar el «Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua entre México y Colombia».

Son muy próximos, coincidentes, los hechos y la relación de los idealistas que con sus sacrificios nos dieron libertad y nos fundaron como naciones.
El 24 de julio, día del nacimiento de nuestro Libertador, recordó el propio Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, la nacionalidad, otorgada a Simón Bolívar por el Congreso Constituyente de su país.

Para México, además de las fechas libertarias, se celebraron los 700 años de la fundación de Tenochtitlan y los 500 años de la defensa de la ciudad ante los conquistadores españoles. Un ciclo de remembranzas que ha sido muy rico para el común de nuestra gente, que merece referirse de manera constante para la memoria de sus pueblos.

Este próximo 18 de septiembre se celebra en Ciudad de México la cumbre de presidentes del CELAC. Es una oportunidad muy buena para impulsar al porvenir las memorias que durante las celebraciones han sido puestas en relieve.

La cumbre presidencial del CELAC, va a permitir que se avance en las nuevas propuestas para relanzar la unidad constructiva entre los pueblos de América Latina y el Caribe, su relacionamiento con el mundo, especialmente con la potencia del norte.

Dios guíe y de fuerza a nuestros gobernantes para las mejores decisiones en función de los intereses de nuestros propios pueblos, y una geopolítica continental que nos una más como países hermanos dentro del respeto a las diversidades políticas, económicas, sociales, en defensa de la autonomía, la libertad y la soberanía.

Por Francisco Arias Cárdenas