En el marco de la Solemnidad de María del Rosario de Chiquinquirá, el cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Caracas, aseguro que esta Navidad invita a los venezolanos a acercarse a un país herido y frágil.
«Esta Navidad cristiana nos invita a acercarnos con ternura a una Venezuela herida y en grave fragilidad, pues la realidad alarma, lo vemos en la indigencia, en la crónica social, política y ética que invita a una movilización social para que renazca la esperanza transformadora que rompa barreras para unir fuerzas constructivas sin exclusiones», indicó el clérigo en su homilía.
Porras hizo la afirmación a manera de un símil sobre el nacimiento de Jesús, a quien los cristianos lo ven en esta época en la fragilidad de un niño que nació en una gruta donde faltaba de todo, menos el cariño y el cuidado de sus padres, San José y María Santísima.
El arzobispo de Caracas agradeció a la Iglesia zuliana por concederle el Relicario de Oro y por darle el honor de presidir la Solemnidad por los 314 años del Milagro de Renovación Mariana.
«Tener el privilegio de estar este día aquí y presidir la Misa Solemne de la Chinita es una gracia que agradezco en el alma. La fe de los zulianos trasciende fronteras. Hoy en Madrid, el cardenal Carlos Osoro y en Nápoles el arzobispo (Domenico) Battaglia están presidiendo esta actividad, amén de muchas otras comunidades de venezolanos regados por el mundo que serían interminables para mencionar ahora. Dios se lo pague al arzobispo marabino, monseñor José Luis Azuaje, al clero y fieles», destacó el Cardenal.
Además de la Solemnidad de María del Rosario de Chiquinquirá, la visita de Porras a la capital zuliana se debe al cierre de la Año Jubilar de la Creación de la Diócesis de Maracaibo, hoy Arquidiócesis de Maracaibo; a los 81 años de la Coronación Canónica de la Virgen, la celebración del Encuentro Nacional de Jóvenes en la misma ciudad, y el inicio del Año Jubilar Vocacional para impulsar la vida sacerdotal, religiosa y laical verdadera, el cual terminará en esta misma fecha, pero del año entrante.
Sería el mismo Cardenal Porras quien autorizaría, que los Servidores de María levantaran en hombros el trono con la Virgen ante la mirada de unos 150 mil feligreses presentes en la ceremonia. Una vez terminada la misa, la salida en procesión fue amenizada al ritmo de la gaita por Los Zagalines del Padre Vilchez.
Por: José Manuel Sánchez / Fotos: Lizaura Noriega