La peligrosa selva del Darién, la frontera natural entre Colombia y Panamá, fue cruzada en octubre pasado por 59.773 migrantes irregulares en tránsito hacia EEUU, una cifra mensual sin precedentes, indicaron datos del Servicio Nacional de Migración (SNM) panameño.
Entre enero y octubre llegaron a Panamá en total 211 mil 355 viajeros irregulares, un número sin parangón, de los cuales el 70,1 % o 148.285 eran venezolanos, la nacionalidad que impulsó este año la ola migratoria hacia Estados Unidos.
Las autoridades panameñas han asegurado que el flujo de venezolanos se redujo “drásticamente” luego de que el pasado 12 de octubre el Gobierno estadounidense anunció que todo nacional de Venezuela que entre a EEUU habiendo cruzado de manera irregular la frontera de México y de Panamá será expulsado a territorio mexicano.
Además, los expulsados serán excluidos del programa mediante el cual Estados Unidos dará estatus legal por dos años a 24 mil venezolanos que lleguen en avión y con patrocinadores.
El Darién, un trayecto de 266 kilómetros, es utilizado desde hace décadas como vía irregular por personas procedentes de todo el mundo que viajan hacia Estados Unidos, en un negocio ilegal que involucra a grupos del crimen organizado y que no está exento de peligros como morir a manos de los criminales o por los rigores de la naturaleza.
Panamá acoge a los viajeros en estaciones de recepción migratoria (ERM) situadas en sus fronteras con Colombia y Costa Rica, les toman datos biométricos y les ofrecen servicios médicos y alimentación, en un operativo que ha consumido al menos 50 millones de dólares desde el 2020 según los datos oficiales.
El 15 % de los migrantes irregulares son menores de edad
En esta ola migratoria hay familias enteras con niños e incluso bebés. Según los datos panameños difundidos este lunes, el 15,3 por ciento o 32 mil 488 migrantes irregulares del total de más 211 mil que cruzaron la selva este año eran menores de edad.
Esa proporción sube al 18,2 por ciento en el caso del flujo migratorio de octubre pasado, cuando los menores que llegaron a las ERM sumaron 10 mil 910.
“Es uno de los años con mayor incremento de personas de tránsito en el Darién, particularmente de niños, niñas y adolescentes”, dijo en octubre pasado a EFE la oficial de Protección Infantil de Unicef, Margarita Sánchez.
Este año además se ha triplicado el número de menores y adolescentes no acompañados y separados. Hasta el 22 de septiembre se contabilizaban 618 frente a los 205 de todo el año anterior, agregó la funcionaria del ente de las Naciones Unidas.
Las otras nacionalidades que cruzan la selva
Así como “el flujo de venezolanos ha disminuido considerablemente (…) hay otras nacionalidades que estamos viendo que están aumentando, por ejemplo, Haití y Ecuador, y estamos muy pendientes de eso”, afirmó el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, el pasado 3 de noviembre.
De acuerdo con los datos de la oficina de Migración panameña, la segunda nacionalidad que más cruzado el Darién este año son los ecuatorianos, 15.185 o el 7,1 por ciento, seguido de los haitianos (5,8 %); cubanos (2,36 %), colombianos (2,2 %) e indios (1,19 %).
En octubre pasado se registró un alza importante en el número de ecuatorianos, que sumaron ocho mil 487, la cifra más alta del año y lejos de los dos mil 594 de septiembre, los mil 581 de agosto y los 883 de julio.
El resto de migrantes irregulares procedieron de una treintena de países, especialmente africanos y asiáticos.
Muchos de los venezolanos y haitianos proceden de segundos o terceros países, como Colombia, Ecuador, Perú, Chile o Brasil, en los que ya se habían establecido o al menos lo habían intentado.
Por: Agencias / Foto: Cortesía