El duelo de vuelta de semifinales de Europa League que enfrenta este jueves al Atalanta y al Olympique de Marsella se presenta como una oportunidad histórica para los italianos, que nunca han disputado una final europea, y como una necesidad para los franceses al ser una vía para competir en Europa la próxima campaña.
Nunca ha estado tan cerca el Atalanta de un objetivo tan grande. Una final en Bérgamo está a tan solo una victoria después de haber logrado empatar en Marsella y los de Gian Piero Gasperini no quieren dejar escapar esta histórica oportunidad que se han ganado al tumbar al favoritísimo Liverpool en una noche inolvidable para los italianos, reseñó EFE.
El GeWiss Stadium será una caldera para una noche mágica, porque la que disputa ante el Marsella es la segunda semifinal europea de toda su historia, pues la primera se remonta a la temporada 1987-88. El único pensamiento negativo que rondará en la cabeza del aficionado de italiano será el pleno francés en semifinales europeas, que ha pasado en las 3 que ha disputado, llegando a ganar la Copa de Europa de la 1992-93.
Se aferrará la ‘Dea’, como así se conoce al equipo italiano, a su gran estado de forma, finalista de Copa Italia y ocupando puestos de Liga de Campeones en Serie A tras acumular 4 jornadas seguidas sin perder en Serie A.
Algo de lo que ha tenido mucha culpa Gianluca Scamacca, goleador en los últimos 3 partidos que ha disputado y autor del tanto en el duelo de ida. Su estado de forma invita al optimismo de la afición local, que además tienen en el neerlandés Teon Koopmeiners y en el belga Charles De Ketelaere dos jugadores a los que encomendarse en momentos de dificultad.
La única baja de Gasperini, respecto al partido de ida, será la del bosnio Sead Kolasinac. Además, mantiene las del centrocampista sueco Emil Holm y del defensa Rafael Toloi, ambos por lesión. Eso sí, recupera al sueco Isak Hien, amonestado en la ida, que ocupará el puesto de Kolasinac en defensa.
El Olympique de Marsella, por su parte, buscará en Bérgamo su cuarta final de la Liga Europa, tras las de 1999, 2004 y 2018, con cierta moral tras el partido de ida en el que fueron superiores aunque no lograron salir de su estadio con ventaja en el marcador.
Los de Jean-Louis Gasset se aferran a Europa porque aunque el entrenador ha conseguido enderezar algo el rumbo del equipo no ha sido suficiente como para lograr la clasificación para la próxima edición de la Liga de Campeones.
Un objetivo que se había marcado el club para poder mantener el elevado nivel de gasto y poder seguir la estela del PSG.
Los marselleses acuden a Italia con una única baja de peso, la de su capitán Valentin Rongier, mientras que Jean Onana, Pape Gueye y Ulisses Garcia no están inscritos en la competición.
El técnico, que ha logrado la serenidad que no consiguieron sus antecesores, Marcelino y Gennaro Gattuso, apostará por un esquema con tres centrales, con Jonathan Clauss como carrilero por la derecha y Quentin Merlin por la izquierda.
Pero la auténtica baza del club seguirá siendo el olfato anotador de Aubameyang, que no suele fallar en su cita con el gol en esta temporada.
Por Agencia.