lunes, diciembre 23

Así fue como un francotirador abatió a ‘Borojó’, uno de los narcos más buscados en Colombia

Cerca de 10 comandos del Grupo Investigativo de Delitos contra la Seguridad Pública y el Terrorismo (Grate) de la Policía Judicial, Dijín, se internaron por 10 días en las selvas de Nariño hasta llegar al sector de Bajo Jagua, a unos 20 kilómetros de Tumaco.

Los investigadores de la Policía lograron establecer que a este caserío llegaría el fin de semana Anderson Perlaza Caicedo, alias Borojó, jefe de la estructura criminal que se hace llamar ‘Guerrillas Unidas del Pacífico’, dedicada a la producción y tráfico de cocaína.

‘Borojó’ se reuniría en Bajo Jagua con una de sus novias, y para ello había organizado la logística de su desplazamiento. Uno, para evitar ser ubicado por las autoridades, y dos, para que ninguna de sus dos compañeras permanentes se diera cuenta de la reunión con otra mujer.

Lo que el hombre desconocía es que desde hace un año la Policía Nacional venía rastreando sus pasos. «Su mayor debilidad: las mujeres, así pudimos empezar a determinar sus movimientos y puntos de encuentro predilectos», le dijo a EL TIEMPO un investigador de la Dijín que estuvo al frente del caso.

Con base en información recaudada hace dos semanas, las direcciones de Policía Judicial y de Antinarcóticos tuvieron un grado de certeza sobre el desplazamiento del narco a una zona rural de Tumaco.

“Los comandos del Grate desembarcaron 10 días antes en la selva, previendo el tiempo que tardarían en llegar al caserío debido a los fuertes aguaceros registrados, que contribuyeron a la creciente de los ríos, especialmente del río Mira y de los manglares que están sobre Bajo Jagua”, resaltó la fuente.

De igual forma, la fuente señaló que cuando llegaron al punto tuvieron uno o dos días para vigilar la zona y tener la visibilidad estratégica para cumplir la misión de neutralizar a ‘Borojó’, un delincuente con más de 11 años de vida delictiva.

“La mañana del sábado en que se desarrolló la operación se observó a ‘Borojó’ en compañía de un reducido número de sus lugartenientes y un tirador de alta precisión procedió a reducir el blanco”, señaló el investigador.

De inmediato, un helicóptero de la Policía Nacional empezó a sobrevolar el lugar, por lo cual los hombres de ‘Borojó’ se dieron a la fuga y los uniformados pudieron recuperar el cuerpo y extraer a los comandos de la zona.

De hecho, el resultado de la operación fue destacado por el presidente Iván Duque, quien afirmó que ‘Borojó’ era señalado de liderar confrontaciones armadas por rutas de narcotráfico en Nariño.

«Con su neutralización seguimos afectando el accionar criminal de estos grupos armados», puntualizó.

Por su parte, el director de la Policía Nacional, el general Jorge Luis Vargas Valencia, destacó que la muerte de ‘Borojó’ era un golpe a las redes dedicadas al tráfico de drogas, en este caso las ‘Guerrillas Unidas del Pacífico’, que perdieron a su cabeza, «encargado de manejar sembrados, laboratorios, rutas».

‘Borojó’, que no superaba los 35 años, era requerido por el delito de concierto para delinquir agravado y en su contra se había emitido una orden de captura a nivel internacional por parte de Interpol.

Además, en Colombia se ofrecían hasta 100 millones de pesos por información que diera con su ubicación y captura.

Hacia parte del cartel de los más buscados del país por hechos como el desplazamiento forzado de 30 familias residentes en las veredas Fátima y El Cedro del municipio de Roberto Payán, Nariño, debido a la disputa territorial que había en la zona, y de 250 familias habitantes del municipio de Olaya Herrera, Nariño.

Era señalado de varios ataques contra la Fuerza Pública y de ordenar varios homicidios por el control de las rutas del narcotráfico con la finalidad de cumplir con el envío de toneladas de cocaína a sus principales socios en México, el cartel ‘Jalisco Nueva Generación’.

Tenía cerca de 220 hombres en armas bajo su mando, «y, además de dedicarse al tráfico de cocaína, cobraba el llamado impuesto al gramaje a otras redes a las que les ofrecía seguridad en la zona», destacó el investigador.

Sus inicios en el mundo criminal

Anderson Perlaza Caicedo inició su vida criminal en 2010, cuando hizo parte de las milicias urbanas de las extintas Farc en Tumaco, Nariño.

«Allí cometió múltiples delitos, como extorsiones y homicidios colectivos con el fin de confrontar grupos armados y delincuenciales urbanos para ganar a sangre y fuego territorio de interés para la estructura armada columna móvil ‘Daniel Aldana’ de las extintas Farc», se lee en el dosier que la Policía tenía de ‘Borojó’, al que tuvo acceso este diario.

En el documento se señala que ‘Borojó’ rápidamente, y debido a su gran desempeño criminal en las milicias urbanas, pasó a hacer parte de la ‘Daniel Aldana’, donde militó durante 5 años y efectuó temibles acciones «terroristas como tomas guerrilleras a estaciones de policía, ‘pescas milagrosas’ contra la población civil, activación de minas antipersonales, atentados terroristas mediante carros bomba, ataques a la infraestructura eléctrica, emboscadas a la Fuerza Pública donde resultaron muertos incontables policías, militares e infantes de marina; la voladura en múltiples ocasiones del oleoducto Trasandino, entre otros actos inhumanos», destaca el dosier.

En 2017, después de la firma del tratado de paz con el Gobierno Nacional, alias Borojó hizo parte de los 117 hombres que se sometió a la justicia en Tumaco, pero su entrega no llegó a feliz término judicial, por lo que decidió unirse a las disidencias que se conocen como ‘Óliver Sinisterra’, inicialmente al mando de ‘Guacho’.

Por Agencia