La Sociedad Española del Sueño (SES) ha advertido de que estas han tenido un «impacto directo» sobre el tiempo de descanso, ya que constituyen un «elemento cronodisruptor» que altera la calidad del sueño y un «factor de riesgo» para problemas de salud física y mental.
«Varios estudios demuestran que el 36 por ciento de los adolescentes afirman despertarse al menos una vez durante la noche para revisar su móvil, y el 40 por ciento dice que usa un dispositivo móvil dentro de los cinco minutos antes de acostarse», explica la doctora María José Martínez Madrid, coordinadora del Grupo de Trabajo de Cronobiología de la SES, reseñó Infosalus.
La experta ha señalado que las redes activan mental y emocionalmente. Las pantallas digitales emiten luz azul, una luz que actúa directamente sobre el sistema circadiano, generando una señal de alerta y un estado de activación.
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«La luz azul inhibe la secreción de melatonina, la hormona que aparece en el periodo de oscuridad y es responsable de que nuestro sueño sea profundo y reparador. Si desaparece esta hormona debido a una exposición inadecuada a la luz azul de las pantallas, puede costarnos conciliar el sueño y, si lo conseguimos, este sueño será mucho más superficial y fragmentado, con muchos despertares», argumenta la experta.
Además, la experta ha recordado que es en la adolescencia cuando se da un aumento de la probabilidad de sufrir retraso de fase, un trastorno que conduce a que los chicos y las chicas se acuesten más tarde de lo que deberían; de forma que, si al día siguiente tienen que madrugar, esto se traduce en una reducción de las horas de sueño.
Como señala la portavoz de la SES, un déficit de sueño, incluso de una sola noche, puede afectar al estado de ánimo, y disminuir, entre otras, las capacidades de concentración o de reacción.
«Este déficit, mantenido en el tiempo, puede tener consecuencias muy variadas: desde la disminución de la capacidad cognitiva, hasta el desarrollo de estrés, ansiedad o depresión, pasando por un menor rendimiento académico y profesional, un aumento de la tasa de absentismo escolar y laboral, o el desarrollo de problemas metabólicos, diabetes, hipertensión, etc.», enumera.
Para evitar estos problemas, la doctora recomienda evitar el uso de dispositivos electrónicos «desde dos horas antes de ir a dormir y, por supuesto, dejar el móvil, tableta u ordenador apagado y fuera de la habitación».
Por Agencia.