Romper con tu pareja puede ser un duelo difícil de superar y, a veces, hasta puedes llegar a pensar que será imposible. Sin embargo, tu cerebro está más preparado para ese momento de lo que puedes llegar a pensar y cuenta con mecanismos que facilitan la tarea de superar a ese ‘ex’ que no se te va de la cabeza. ¿Quieres saber cómo?
Un experimento con ratones de campo emparejados llevada a cabo por la Universidad de Colorado Boulder y al que ha tenido acceso 20minutos, demostró que los niveles de dopamina (hormona del placer) disminuyeron después de que los roedores experimentasen un periodo de separación.
Los investigadores estudiaron el comportamiento de varias parejas de topillos de las praderas, un tipo de roedor que forma relaciones monógamas. Estos animales experimentan grandes aumentos de dopamina en su organismo al reunirse con su pareja, pero al estar separados por un largo tiempo, ese aumento desaparece.
Esta separación podría entenderse como «superar una ruptura» pues «estos ratones de campo pueden formar un nuevo vínculo después de este cambio en la dinámica de la dopamina, algo que no pueden hacer mientras el vínculo aún esté intacto«, afirma la Doctora Zoe Donaldson, neurocientífico del comportamiento y una de las principales autoras de la investigación, en la revista científica Current Biology.
A lo largo del experimento, los investigadores separaron a los topillos por una puerta transparente. Los roedores tenían que presionar una palanca para poder acceder a a su pareja o a otro topillo completamente desconocido.
De este modo, descubrieron que los ratones liberaban una mayor cantidad de dopamina cuando se encontraban con su pareja que cuando encontraban un nuevo topillo. Además, también se acurrucaban más a su pareja, momento en el que se registraban los mayores niveles de la hormona del placer.
«Creemos que la diferencia está ligada a saber que estás a punto de reunirte con una pareja y refleja que es más gratificante reunirse con una pareja que salir con un compañero que no conocen«, explica Donaldson.
Pero nadie de amor se muere y los roedores tampoco, el experimento demostró que cuatro semanas más tarde, un periodo considerable en la vida de los ratones, las diferencias de dopamina no eran tan notables. Incluso hubo diferencias de comportamiento a la hora de acurrucarse.
Para los investigadores, esta diferencia de comportamiento no quiere decir que las parejas de topillos se hayan olvidado el uno del otro, sino que ha habido una devaluación del vínculo entre ellas. De este modo, el estudio podría llegar a tener varias implicaciones si se demostrase que los hallazgos podrían aplicarse a los humanos.
«Si esa señal de dopamina es realmente crucial para ayudar a cimentar y mantener los vínculos humanos, significa que hacer cosas que ayuden a mantener esa señal fuerte tiene implicaciones importantes para la satisfacción de la relación«, apuntó la neurocientífico.
Este estudio podría ser especialmente relevante para aquellas personas que encuentran mayores dificultades para superar el duelo. «Es posible que, para estas personas, la señal de dopamina de su pareja no se esté adaptando después de la pérdida, lo que esencialmente detiene el procesamiento de la pérdida«, dijo Donaldson, quien aseguró tener un «objetivo más amplio«.
La neurocientífico trabaja para «identificar formas de ayudar a quienes padecen un trastorno de duelo prolongado mediante la identificación de los cambios biológicos que les ayudan a integrar una pérdida y volver a involucrarse con la vida«.
Por: Agencia