martes, diciembre 23

Archivos de Epstein: Una revelación mutilada que deja más sombras que respuestas

La tan esperada revelación de los papeles de Jeffrey Epstein terminó por ser una gran decepción, percibida como una cortina de humo y un engaño por parte de algunas de las víctimas del pedófilo y por políticos demócratas y republicanos.

No solo se incumplió con publicar la totalidad de los archivos del caso, como había exigido el Congreso en una norma con el viernes como fecha límite, sino que lo revelado aporta poco a lo que ya se conocía. Muchos de los más de 13.000 documentos publicados están tachados u ocultan información esencial, una estrategia del Departamento de Justicia que se ha encontrado con un aluvión de críticas desde varios frentes. De la relación del presidente Trump con Epstein, poco o nada, reseñó El Mundo.

Thomas Massie, el congresista republicano por Kentucky que ha liderado los esfuerzos de la Cámara de Representantes por revelar información del caso, dijo que la liberación parcial de documentos por parte de Justicia «incumple gravemente tanto el espíritu como la letra de la ley.» El líder de los demócratas en el Senado, Charles Schumer, aseguró que esto demuestra que «el Departamento de Justicia, Donald Trump y Pam Bondi están empeñados en ocultar la verdad».

Jess Michaels, una de las mujeres abusadas por Epstein en 1991, cuando sólo tenía 22 años, indicó que la estrategia del departamento dirigido por la fiscal general, Pam Bondi, confirma «todo lo que hemos estado diciendo sobre la corrupción y la lentitud de la justicia. ¿Qué están protegiendo? El encubrimiento continúa», señaló en una entrevista con The New York Times. Marijke Chartouni, otra de las víctimas, se preguntaba que dónde está la transparencia si todo está censurado.

La sensación de tomadura de pelo es consistente con lo publicado. No hay apenas información relevante sobre Trump pero sí bastante material del expresidente demócrata, Bill Clinton, que aparece en varias imágenes del archivo. En una de ellas se le ve nadando en un jacuzzi con Ghislaine Maxwell, la ex pareja de Epstein condenada 20 años de prisión por cargos relacionados con el tráfico sexual de menores, y con una de las víctimas, cuyo rostro aparece tachado.

La relación del expresidente con Epstein es de sobra conocida, un asunto incómodo por el que nunca ha sido acusado de nada formalmente. Angel Ureña, el portavoz de Clinton, tildó la estrategia del Gobierno de una forma de «protegerse para lo que viene después, o de lo que tratarán de ocultar para siempre».

Nada de lo que salió al aire el viernes compromete a Trump. Su nombre aparece en el teléfono de Epstein y en listas de pasajeros de los vuelos del millonario, con quien entabló una estrecha amistad durante los 90 y los 2000, frecuentando fiestas en Nueva York y siempre rodeados de mujeres más jóvenes que ellos. La pregunta clave es si Trump sabía de las relaciones de Epstein con menores, como sospechan muchos demócratas.

Por Agencia