viernes, noviembre 8

Arabia Saudita se acerca a China sin dar la espalda a Estados Unidos

La visita del presidente chino Xi Jinping a Arabia Saudita consagró el acercamiento de los dos países y representó un ejercicio de equilibrio para Riad entre China y Estados Unidos, su aliado tradicional.

Xi Jinping abogó por vínculos más estrechos y seguros en varias cumbres en Arabia Saudita con las monarquías árabes del Golfo, una región rica en hidrocarburos con fuertes lazos con Estados Unidos.

También firmó con los dirigentes sauditas unos 40 acuerdos en diferentes ámbitos, desde el hidrógeno hasta la vivienda.

Sin embargo, la aparente falta de avances en temas delicados como la defensa y las telecomunicaciones debería calmar los ánimos de Estados Unidos, que no dejó de advertir contra «ciertas asociaciones» que podrían causar daños a las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita.

Desde hace décadas, Arabia Saudita y Estados Unidos están vinculados por una asociación llamada «petróleo por seguridad». Riad garantiza un suministro abundante de oro negro, mientras que Washington promete su apoyo militar a través de ventas de armas masivas.

Sin embargo, estas relaciones históricas se tensaron debido a la cuestión de las violaciones de los derechos humanos y del petróleo.

Los estadounidenses, exasperados por la reciente caída de la producción de petróleo de la OPEP+, anunciaron que estaban revisando su relación con Arabia Saudita.

La Opep+ incluye a los 13 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), liderados por Arabia Saudita, a los que se suman otros socios, como Rusia.

«Influencia creciente» de China

El miércoles, en plena visita de Xi Jinping a Riad, la Casa Blanca se declaró «consciente de la creciente influencia» de China en Medio Oriente, no propicia, según Washington, a la preservación «del orden internacional».

Pero Washington precisó no pedir «a ningún país que elija entre Estados Unidos y China».

Riad indicó no tener intención de hacerlo. «Seguiremos trabajando con todos nuestros socios. No creemos en la polarización», destacó el viernes el jefe de la diplomacia saudita, Faisal ben Farhan.

«La competencia es buena», añadió, pero aseguró que su país seguirá manteniendo relaciones sólidas con Estados Unidos «en todos los ámbitos».

Con China, la asociación es más reciente.

Arabia Saudita fue el último país árabe en establecer relaciones diplomáticas con el país asiático a principios del decenio de 1990 y las relaciones bilaterales solo florecieron en los últimos 20 años, muy centradas en los intercambios en el ámbito de la energía.

China es el mayor importador de petróleo crudo del mundo y Arabia Saudita es el mayor exportador del oro negro del mundo.

El petróleo de Arabia Saudita representó 17 por ciento de las importaciones chinas en 2021, detalla AFP.

Riad se compromete «con mucha prudencia» en ámbitos que preocupan más a Washington, en particular la defensa, las telecomunicaciones y la energía nuclear, subraya Naser al Tamimi, experto en las relaciones Golfo-China, del instituto italiano de estudios políticos internacionales.

En la cumbre China-Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) el viernes, Xi Jinping quiso «explorar» con los países árabes «nuevos campos de acción como la aeronáutica, el espacio, la economía digital y la utilización pacífica de la energía nuclear».

El gigante asiático busca relanzar y ampliar su esfera de influencia, en particular a través de su iniciativa de llamada Nuevas Rutas de la Seda, un vasto proyecto internacional de inversiones.

Los países del Golfo, por su parte, tienen como objetivo diversificar sus relaciones estratégicas y reducir la dependencia de sus economías de los hidrocarburos.

Por: Agencias / Foto: Cortesía