sábado, diciembre 20

Aplicarán extinción de dominio a bienes de Charlie Zaa por presunto testaferrato a paramilitares

El mundo recuerda al señor de los boleros románticos Charlie Zaa, quien conquistó miles de fanáticos al reencauchar canciones como Ódiame, Un disco más y Niégalo todo. Con su música logró fama y al mismo tiempo un imperio económico en su ciudad natal, Girardot, donde es dueño de un centro comercial, hoteles y discotecas, y se extendió hasta Ibagué, Colombia.

Poco se había vuelto a saber del artista, pero ahora está siendo parte de una compleja historia judicial. Buena parte de su fortuna será objeto de extinción de dominio por presuntos nexos con paramilitares, reseñó Semana.

La Fiscalía General de Colombia pidió a un magistrado de Justicia y Paz decretar medidas cautelares de embargo, secuestro y suspensión del poder dispositivo de los bienes de Carlos Alberto Sánchez Ramírez, Charlie Zaa, por la suma de más de 25.000 millones de pesos colombianos (6.245.000 millones de dólares). Esto es, en palabras simples, que al cantante le ocuparán propiedades con fines de extinción de dominio, por ser presuntamente testaferro del Bloque Tolima de las Autodefensas.

A Zaa le van a quitar mucho más que “cinco centavitos de felicidad”. En realidad, la Fiscalía está detrás de dos de las propiedades más reconocidas del cantante. El centro comercial Oasis, en donde funciona la discoteca más grande de Girardot, que tiene el mismo nombre. Además, dos discotecas llamadas Kapachos y Solaris, ubicadas en la zona rosa de Ibagué.

El problema para Charlie Zaa no es de poca monta, pues fue señalado por exparamilitares del Bloque Tolima que contaron en detalle la supuesta relación y negocios con el comandante Daniel Goyeneche, alias Daniel.

Los declarantes aseguran que eran encargados del control, recaudo, distribución y manejo de los recursos financieros cooptados ilegalmente.

“La investigación sobre los inmuebles está relacionada con las diligencias de versión de los postulados Indalecio José Sánchez, alias Fredy, quien fuera en su tiempo escolta de Carlos Castaño antes de ingresar al Bloque Tolima; Ricaurte Soria Ortiz y Atanael Matajudíos, quienes fungieron como comandantes financieros del Bloque Tolima; y Óscar Oviedo Rodríguez, segundo comandante del Bloque”, señaló la Fiscalía.

Daniel Goyeneche fue uno de los primeros paramilitares asesinados en medio de la vendetta que se desató al interior de las autodefensas. Goyeneche fue envenenado con cianuro en la cárcel La Picota de Bogotá, después vino la muerte de Carlos Castaño, Miguel Arroyave y Rodrigo Mercado Pelufo, alias Cadena.

La acusación contra el bolerista es demoledora. Al pedir las medidas sobre estos bienes la Fiscalía argumentó que “los postulados vienen denunciando de manera coincidente los locales del centro comercial Oasis, las discotecas Kapachos y Solaris, como bienes adquiridos por la organización paramilitar a la cual pertenecían, y que tienen como testaferro a Charlie Zaa”.

Advierte la Fiscalía que “con la venta de franquicias, alias Daniel (Diego José Goyeneche) convirtió al Bloque Tolima en un híbrido organizacional que mezclaba las características de una “oficina de cobro” con una cuadrilla paramilitar. Por eso, entre abril de 2004 y noviembre de 2005, el Bloque se va permeando por los intereses de los narcotraficantes del cartel del Norte del Valle, por lo que perdió autonomía desde el punto de vista financiero y administrativo”.

Goyeneche habría utilizado el Bloque Tolima para su enriquecimiento personal en negocios como el robo de hidrocarburos y los homicidios por encargo.

Por Agencia