Una inquietante calma envolvió la capital de Venezuela la madrugada del lunes, un día después de que la oposición del país y el presidente Nicolás Maduro se adjudicaron la victoria en las elecciones presidenciales, lo que generó un enfrentamiento de alto riesgo.
Varios gobiernos extranjeros, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, se abstuvieron de reconocer los resultados de las elecciones del domingo, ya que las autoridades retrasaron la publicación de los recuentos detallados de votos después de proclamar ganador a Maduro con el 51%, frente al 44% del diplomático retirado Edmundo González.
«Los venezolanos y el mundo entero saben lo que pasó«, dijo González. Si bien la oposición prometió que defendería sus votos, González y sus aliados pidieron a sus partidarios que mantuvieran la calma por ahora y pidieron al gobierno que evite avivar el conflicto.
El normalmente bullicioso oeste de Caracas amaneció como si fuera un día festivo, con varios negocios cerrados, paradas de autobuses vacías y tráfico inexistente. Unas horas antes, alrededor de la medianoche, una mezcla de ira, lágrimas y fuertes golpes de cacerola recibieron el anuncio de los resultados por parte del Consejo Nacional Electoral controlado por Maduro.
Deyvid Cadenas, de 28 años, desayunaba en un banco junto a un negocio sin abrir, y dijo que se sintió engañado.
«La mayoría votó por la oposición«, dijo Cadenas, quien votó en una elección presidencial por primera vez el domingo. «No creo en los resultados de ayer«.
La oposición, después de fracasar en su intento de derrocar a Maduro durante tres rondas de manifestaciones desde 2014, puso su fe en las urnas. Las elecciones estuvieron entre las más pacíficas de los últimos tiempos, lo que refleja las esperanzas de muchos de que se podría evitar el derramamiento de sangre y poner fin a 25 años de gobierno de partido único.
Venezuela se asienta sobre las reservas de petróleo más grandes del mundo y alguna vez se jactó de tener la economía más avanzada de América Latina. Pero después de que Maduro tomó el timón, entró en una caída libre marcada por el desplome de los precios del petróleo, la escasez generalizada de productos básicos y la hiperinflación del 130.000%. Las sanciones petroleras de Estados Unidos que buscan obligar a Maduro a dejar el poder después de su reelección en 2018, que docenas de países condenaron como ilegítima, solo aceleraron un éxodo de unos 7,7 millones de venezolanos que han huido de su nación golpeada por la crisis.
El llamado de la oposición a la calma es en parte un reflejo de la fatiga de protesta entre los votantes, que según las encuestas no tienen prisa por cambiar sus vidas y salir a las calles como lo han hecho hasta ahora.
Los votantes hicieron fila antes del amanecer para emitir su voto el domingo, lo que aumentó las esperanzas de la oposición de que estaba a punto de romper el control del poder de Maduro.
Los resultados oficiales fueron un shock para muchos que habían celebrado, en línea y fuera de algunos centros de votación, lo que creían que era una victoria aplastante para González.
«Estoy muy feliz«, dijo Merling Fernández, una empleada bancaria de 31 años, mientras un representante de la campaña opositora salía de un centro de votación en un barrio de clase trabajadora de Caracas para anunciar los resultados que mostraban que González duplicó con creces el conteo de votos de Maduro. Decenas de personas que se encontraban cerca estallaron en una interpretación improvisada del himno nacional.
«Este es el camino hacia una nueva Venezuela«, agregó Fernández, conteniendo las lágrimas.
Gabriel Boric, el líder izquierdista de Chile, calificó los resultados de «difíciles de creer«, mientras que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que Washington tenía «serias preocupaciones» de que no reflejaran la votación, o la voluntad del pueblo.
La líder de la oposición, María Corina Machado, dijo que el margen de la victoria de González fue «abrumador», según los recuentos de votos que la campaña recibió de representantes ubicados en alrededor del 40% de las urnas.
Las autoridades retrasaron la publicación de los resultados de cada una de las 30.000 casillas electorales en todo el país, prometiendo hacerlo solo en las «próximas horas», lo que dificultó los intentos de verificar los resultados.
González era el más improbable de los abanderados de la oposición. El hombre de 74 años era desconocido hasta que fue elegido en abril como un sustituto de último minuto del poderoso opositor Machado, a quien el Tribunal Supremo controlado por Maduro impidió postularse para cualquier cargo durante 15 años.
La demora en el anuncio de un ganador, que se produjo seis horas después del cierre de las urnas, indica un profundo debate dentro del gobierno sobre cómo proceder después de que los opositores de Maduro salieron temprano en la noche casi cantando victoria.
Después de afirmar finalmente que había ganado, Maduro acusó a enemigos extranjeros no identificados de intentar hackear el sistema de votación.
«Esta no es la primera vez que intentan violar la paz de la república«, dijo a unos cientos de simpatizantes en el palacio presidencial. No proporcionó evidencia para respaldar la afirmación, pero prometió «justicia» para aquellos que intentan incitar la violencia en Venezuela.
Las autoridades fijaron las elecciones del domingo para que coincidieran con lo que habría sido el cumpleaños número 70 del expresidente Hugo Chávez, el venerado agitador izquierdista que murió de cáncer en 2013, dejando su revolución bolivariana en manos de Maduro. Pero Maduro y su Partido Socialista Unido de Venezuela son más impopulares que nunca entre muchos votantes que culpan a sus políticas de aplastar los salarios, estimular el hambre, paralizar la industria petrolera y separar familias debido a la migración.
El discurso del presidente en estas elecciones fue de seguridad económica, que trató de vender con historias de emprendimiento y referencias a un cambio de moneda estable y tasas de inflación más bajas. El Fondo Monetario Internacional pronostica que la economía crecerá un 4% este año, una de las más rápidas de América Latina, después de haberse contraído un 71% entre 2012 y 2020.
Pero la mayoría de los venezolanos no han visto ninguna mejora en su calidad de vida. Muchos ganan menos de 200 dólares al mes, lo que significa que las familias tienen dificultades para pagar los artículos esenciales. Algunos tienen un segundo y tercer empleo. Una canasta de productos básicos, suficiente para alimentar a una familia de cuatro personas durante un mes, cuesta aproximadamente 385 dólares.
La oposición logró alinearse detrás de un solo candidato después de años de divisiones internas del partido y boicots electorales que torpedearon sus ambiciones de derrocar al partido gobernante.
El Tribunal Supremo controlado por Maduro impidió que Machado se postulara para cualquier cargo durante 15 años. Exlegisladora, arrasó en las primarias de la oposición en octubre con más del 90% de los votos. Después de que se le impidió participar en la carrera presidencial, eligió a un profesor universitario como su sustituto en la boleta electoral, pero el Consejo Nacional Electoral también le prohibió registrarse. Fue entonces cuando González, un recién llegado a la política, fue elegido.
La oposición ha tratado de aprovechar las enormes desigualdades derivadas de la crisis, durante la cual los venezolanos abandonaron la moneda de su país, el bolívar, por el dólar estadounidense.
González y Machado centraron gran parte de su campaña en el vasto interior de Venezuela, donde la actividad económica observada en Caracas en los últimos años no se materializó. Prometieron un gobierno que crearía suficientes empleos para atraer a los venezolanos que viven en el extranjero a regresar a casa y reunirse con sus familias.
Por: Agencia