Antonio Pérez Esclarín, filósofo, educador y escritor, urgió a salvar y transformar la educación en Venezuela, por ser el motor esencial para la transformación política, económica, social y cultural del país.
Pérez Esclarín resaltó que a casi 70 años del nacimiento del movimiento Fe y Alegría Venezuela, la propuesta del movimiento sigue más vigente que nunca, especialmente en un momento en que la educación venezolana enfrenta serios desafíos.
“La educación es el medio fundamental para aumentar la productividad, lograr un desarrollo ecológico sustentable y, sobre todo, para construir ciudadanos. Sin educación no tendremos país y con una pobre educación como la que tenemos hoy tendremos un país pobre”, expresó en entrevista con el programa De Primera Mano de Radio Fe y Alegría Noticias.
Afirmó que en la actualidad el mundo está reconociendo el valor del capital humano en la sociedad del conocimiento, por lo cual es necesario no solo desarrollar la educación tecnológica, sino también las competencias blandas como la responsabilidad y el trabajo en equipo.
Reiteró que, a pesar de que la educación es un problema de todos, es responsabilidad del Estado garantizarla en términos de equidad, porque después de tantos discursos sobre una sociedad igualitaria, las diferencias nunca habían sido tan abismales.
¿La educación pública dejó de existir?
A su juicio, la educación pública prácticamente dejó de existir desde el momento en que los estudiantes ven clases en horario mosaico, hay un déficit de más de 300.000 maestros y tres millones de niños y adolescentes están fuera del sistema educativo.
“En definitiva, el miedo mío es que la educación en vez de ser un derecho se transforme en una mercancía”, declaró.
Por este motivo, exhortó a que al igual que el padre José María Veláz, fundador del movimiento Fe y Alegría, se entienda que la ignorancia es la raíz de la dominación y que formarse es el medio para asumir la defensa de otros derechos fundamentales.
Pérez Esclarín enalteció la labor de Fe y Alegría como doliente y defensora de la educación pública, al comprender que los momentos de crisis son a su vez oportunidades de transformación.
Abogó por una enseñanza que fomente el pensamiento crítico y la reflexión, a fin de cultivar ciudadanos capaces de leer la realidad y desarrollar la creatividad en un mundo que está perdiendo el sentido profundo de lo que significa ser persona.
“Buen alumno no es el que responde, sino el que pregunta y desarrolla la curiosidad, la innovación y la capacidad de atreverse a hacer las cosas de otro modo”, agregó.
Retos para Venezuela y reflexiones para la sociedad
A su criterio, el verdadero reto para Venezuela no radica en mirar hacia atrás, sino en proyectarse hacia adelante, adoptando una actitud de “disoñar” (diseñar y soñar) tanto en el ámbito educativo como en la configuración del futuro.
Instó a rescatar el sentimiento ciudadano en la búsqueda del bien común, porque la creatividad se está limitando a respuestas individuales.
Asimismo, recordó que cada individuo es responsable de forjar su propio destino, eligiendo entre ascender hacia la cumbre o descender hacia el abismo en este viaje llamado vida.
Finalmente, lamentó que muchos individuos no están verdaderamente viviendo sus vidas, sino que están siendo vividas por los demás, influenciados por el qué dirán y obsesionados con su presencia en las redes sociales.
Por Agencia.