Amy Schumer, la única cómica estadounidense capaz de llenar el imponente Madison Square Garden de Nueva York, será una de las responsables de devolver la figura del maestro de ceremonias a los Oscar, después de tres años consecutivos sin presentador.
«Estoy bastante asustada», admitió la humorista, reconocida por su estilo irreverente y natural, en una entrevista con EFE.
En esta edición el papel de conducción estará triplicado y en clave femenina, pues a Schumer se unirán Regina Hall y Wanda Sykes, todas ellas con la tarea de llevar las riendas de una ceremonia cuyo declive de audiencia empieza a preocupar seriamente a la Academia de Hollywood.
La gala del año pasado, descafeinada por la pandemia, congregó a 10 millones de espectadores en directo. Fue su mínimo histórico, una caída de casi el 60 % respecto al año anterior.
Una vez quedó claro que la idea de prescindir de presentadores no elevó el atractivo de la ceremonia, los Oscar se han fijado en el talento de tres mujeres para presentar una gala que, entre el regreso tras la pandemia y su mala racha en audiencia, parece la más determinante en años.
«Creo que las mujeres están logrando más poder en esta industria, para poder dirigir o crear espectáculos cuando durante mucho tiempo no han podido», analizó la propia Schumer.
Las mujeres, también en minoría par presentar los Oscar
La estatuilla de los Oscar es una figura masculina como lo han sido la mayoría de sus presentadores a lo largo de sus 94 ediciones de historia.
Por ejemplo, en los últimos veinte años solo ha habido tres presentadoras, Whoopi Goldberg, Ellen DeGeneres y Anne Hathaway, esta última con James Franco.
El trío de este año tratará de corregir ese desequilibrio con un guion del que, Schumer, no pudo adelantar absolutamente nada, pero que sin duda aportará un nuevo matiz al estilo de conducción de los Oscar.
Schumer (Nueva York, 1981) es uno de los rostros que mejor representan esa ola de mujeres cómicas que, gracias a las redes sociales y a la apertura de Hollywood, han sacudido el panorama televisivo.
De la misma generación que Phoebe Waller-Bridge, Amy Poehler o Rebel Wilson, su humor se caracteriza por hablar sin tapujos del sexo, la presión por encajar en ideales físicos, el feminismo, el racismo y, más recientemente, la maternidad.
«De hecho, es la primera vez que salgo de gira desde que tuve un bebé, pero mi familia me apoya mucho, están conmigo casi todo el tiempo», aseguró la cómica, que antes de su embarazo llenó el Madison Square Garden de Nueva York (casi 20 mil espectadores), fue telonera de Madonna y protagonizó «Inside Amy Schumer», su propio ‘reality show’.
También tiene experiencia presentando galas de premios, su monólogo en los MTV Movie Awards de 2015 se hizo viral por sus chistes sobre Hillary Clinton, los accidentes aéreos de Harrison Ford (más frecuentes de lo deseable), y el poder que tenía el reparto de «Magic Mike» para «hacer desaparecer sus dedos» mientras veía la película.
«Amy Schumer no se corta y por eso amamos tanto su comedia», celebró entonces la MTV en sus comunicados.
Con la misma decisión, la cómica ha propuesto que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aparezca en los Oscar.
La decisión final depende de los productores de la ceremonia, aunque ella ya ha avanzado que incluirá algún comentario sobre las «condiciones actuales» en un gala que, sin embargo, cumplirá con la función de entretener en tiempos convulsos.
Directora, guionista y productora de «Life & Beth»
En paralelo a la presentación de los Oscar, Schumer acaba de estrenar en Hulu y Disney+.
«Life & Beth» es una serie dirigida, escrita y protagonizada por ella misma, sobre una mujer que parece que lo tiene todo: Vive en Manhattan con su pareja, se gana la vida como empresaria del mundo vinícola y sus amigos la admiran. Pero nada le satisface.
«Ella vive de la manera en la que se supone que debe vivir y es bastante infeliz», explicó Schumer.
Su vida dará un vuelco de 180 grados cuando regrese a su pueblo por un incidente familiar.
Entre la comicidad y el realismo, Schumer hace de «Life & Beth» otro retrato de la desilusión milenial como lo fueron «Fleabag», «Girls» o la española «Cardo». Series para los milenials, precisamente el público que quieren recuperar los Óscar.
Por: Agencia