La muerte de la ciclista venezolana Daniela Larreal dejó una profunda huella en el mundo del deporte y entre sus seres queridos. Conocida por su fortaleza y determinación, Larreal fue más que una atleta; era un símbolo de resiliencia. Así la describió uno de sus mejores amigos Manuel Amaya quien reveló un retrato de una mujer que enfrentó adversidades con valentía.
Amaya a quien le tocó la difícil situación de encontrar el cuerpo sin vida de Lareal, cuenta que hace cinco años la había conocido en un lugar de trabajo en Las Vegas, e inmediatamente lograron una conexión profunda que para él representaba una una figura materna.
«Ella me quería como un hijo y yo la veía como una madre», dice el joven salvadoreño en contacto telefónico con Foco Informativo.
En medio de la conversación rememoró cómo Daniela siempre estaba allí para ofrecer apoyo y consejos. Su influencia fue tan significativa para él que reveló que ella fue ella quien lo motivó e inspiró para que «volviera a la universidad y estudiar una carrera».
El joven de 24 señaló que la la relación se caracterizaba por conversaciones diarias donde compartían sus experiencias y emociones. Después del trabajo, era habitual que Manuel recibiera llamadas de Daniela para contarle sobre su día, lo que fortalecía aún más su vínculo.
La preocupación comenzó a crecer cuando notó que la exciclista no respondía a sus llamadas ni mensajes. ya que era inusual, ante la falta de respuesta tomó la decisión de ir a su apartamento para asegurarse que todo estuviera bien
La desesperación comenzó a apoderarse del amigo; en el fondo sabía que algo no estaba bien, ya en el sitio su celular sonaba dentro pero nadie respondía y eso «se me hizo muy raro», entonces decidió llamar a la policía, pero nunca llegó.
Sin pensarlo dos veces, decidió entrar al patio trasero para ver si podía obtener alguna respuesta. Notó que la puerta estaba cerrada pero sin seguro; esto le dio acceso al interior del apartamento. Al entrar, se encontró con un ambiente extraño; había un olor inusual en el aire. Con el corazón acelerado y una sensación creciente de temor, se dirigió hacia la habitación de Daniela. «Fue allí donde encontré encontré el cuerpo de ella en el piso ya sin vida», e inmediatamente llamó nuevamente a la policía para informarles sobre el hallazgo, dijo en medio de la tristeza.
Daniela no estaba deprimida
El joven recuerda a la atleta de 50 años cómo ella siempre se mostró con una actitud positiva ante la vida, incluso en momentos difíciles. En varias ocasiones, cuando él expresaba sentirse deprimido, ella le respondía con firmeza: “No tienes por qué estarlo, no estoy ni yo deprimida a pesar de todo lo que me pasó y tú sabes”.
Según datos preliminares, la autopsia reveló restos sólidos de comida en su tráquea, por lo que se presume asfixia. Hasta los momentos continúan las investigaciones.
Larreal se destacó en un campeonato panamericano y cuatro participaciones olímpicas. Entre 1990 y 2012, fue la máxima referencia para el ciclismo de Venezuela. Se inclinó por los deportes desde temprana edad, pero se decantó por la bicicleta para seguir los pasos de su padre, Daniel Larreal.
Por Redacción Sucesos