El Gobierno de Alemania informó este viernes (30.07.2021) que a partir del domingo 1 de agosto generalizará la exigencia a viajeros no inmunizados contra el SARS-CoV-2, o quienes no hayan superado la enfermedad, de que presenten un test negativo al entrar en el país. Si los viajeros retornan de una zona con alta incidencia de casos por la variante delta, el test será obligatorio también para los vacunados.
«Todos los veraneantes no vacunados tendrán que hacerse el test, tanto si vuelven por avión, como por coche o tren«, dijo el ministro de Salud, el conservador Jens Spahn (CDU), citado en un comunicado. Hasta ahora esta medida, que afecta a todos los mayores de 12 años, solo se aplicaba a quienes entraban por avión. «Así reducimos el riesgo de nuevos contagios«, afirmó el ministro, en un momento en que los alemanes empiezan a volver de sus vacaciones de verano.
«Es justo que los veraneantes que no estaban sujetos a esta obligación se hagan la prueba«, porque los demás «también quieren tener un buen otoño y un buen invierno«, estimó el vicecanciller Olaf Scholz en el canal de televisión pública ARD, refiriéndose a una eventual cuarta ola pese a que el nivel de contagios en Alemania es inferior al de muchos países europeos.
Medidas más estrictas
El propósito del Gobierno, indicó su viceportavoz, Ulrike Demmer, es optimizar el control sobre los viajeros que ingresan en el país y contener la extensión del coronavirus. Por ello, las categorías de procedencia se simplificarán: de alto riesgo y bajo dominio de variantes agresivas. En el primer caso, los no inmunizados deberán guardar diez días de cuarentena, que se pueden reducir a cinco tras la presentación de un test negativo en la quinta jornada.
En el segundo, donde se incluyen países de origen como Sudáfrica y Brasil, las restricciones son más severas, ya que solo se permite el ingreso a Alemania a viajeros alemanes o extranjeros residentes, que además deben guardar cuarentena por 10 días. En este caso, el test será obligatorio también para las personas vacunadas. Los cambios se adoptaron tras un aumento continuado de la incidencia de contagios.
En julio Alemania llegó a presentar 4,9 casos por 100.000 habitantes, cifra que a fines del mismo mes asciende a 18,5 casos. Además, las autoridades han detectado un notorio incremento de los casos «importados”, de ciudadanos de regreso de una estancia en el extranjero o que visitan el país. La mayor parte de los contagios importados provienen de España, según el último informe semanal del Instituto Robert Koch (RKI) de virología.
Por: Agencia