¿Qué tal el regreso al mundo de The Matrix, después de 18 años desde que finalizó la trilogía original? El resultado es un viaje agridulce, mayormente decepcionante. Esta nueva entrega intenta presentar algo completamente refrescante y diferente a lo que las tres anteriores lograron, pero se apoya grandemente de eso mismo del que intenta alejarse.
Ayer estrenó en cines y en HBO Max, The Matrix Resurrections, el nuevo capítulo de la popular franquicia de ciencia ficción y acción que comenzó en 1999. Esta cuarta entrega, dirigida y escrita por Lana Wachowski, se sitúa 20 años después de los eventos de The Matrix Revolutions, y ve a Neo viviendo una vida normal y corriente en San Francisco, mientras que su terapeuta le prescribe pastillas azules. Cuando Morpheus reaparece y le ofrece una pastilla roja, Neo debe decidir si nuevamente seguir al conejo blanco y abrir su mente al mundo de Matrix. Los actores Keanu Reeves y Carrie-Ann Moss regresan en sus respectivos papeles de la trilogía original, recoge la crítica del diario El Vocero.
Wachowski trae una que otra idea nueva a la mesa que genialmente actualiza y expande el mundo de The Matrix. Por ejemplo, la cinta rellena los espacios en blancos referente a lo qué ha pasado dentro y fuera de The Matrix, desde la conclusión de la tercera entrega. Pero el problema yace en que la directora le dedica poco tiempo a detalles como estos, para darte por la cabeza con su agenda de enfoque meta y de autocrítica a la franquicia misma y al estatus actual hollywoodense de remakes, reboots, spin-offs y universos cinematográficos. La cinta abusa demasiado de esta dinámica, que se convierte en una autoparodia de sí misma. Algo que definitivamente dividirá al público.
El filme quiere mirar hacia el futuro, pero no sin agarrarse del pasado y traerlo consigo. Y a sus 148 minutos de duración, la película se convierte en un juego de intentar quedarse con la soga y la cabra al mismo tiempo.
Otros desaciertos recaen bajo su estrategia de depender demasiado de presentar clips e imágenes de momentos y personajes claves de la trilogía original. Algo que constantemente contradice el ejercicio principal de su crítica. También, el filme se ve afectado por innumerables momentos de exposición, donde personajes hablan, explican y justifican cosas que han pasado, andan pasando y que pasarán si no actúan. Y en adición, una franquicia que literalmente impulsó el séptimo arte hacia adelante con una historia inteligente, efectos visuales revolucionarios e increíbles secuencias de acción, realmente no trae nada nuevo a la conversación en ninguno de estos departamentos.
Es innegable sentir emoción al ver a Keanu Reeves y Carrie-Ann Moss volver a interpretar sus respectivos papeles de Neo y Trinity. Ambos sin duda brillan nuevamente en los roles icónicos, y aún más cuando en esta ocasión, su romance catapulta la trama en sí. El tema del amor siempre existió en la fibra principal de la trilogía original, y aquí Wachowski efectivamente decide hacerlo el corazón de su historia.
¿Te tomas la pastilla azul o roja? Eso lo decides tú.
Por Agencia