La pandemia del COVID-19 obligó a la sociedad a “encerrarse” y limitar el contacto físico con otras personas por lo cual debían buscar alternativas para relacionarse con individuos de manera segura. Una de las variables fue el uso de los videojuegos en línea para mantener contacto con amigos, familiares e incluso desconocidos.
Sin embargo, esta práctica se volvió “un peligro”, sobre todo «para los jóvenes”, según psicólogos que aseguran que muchas personas desarrollaron una adicción por el “gaming” desde el comienzo de la cuarentena, reseña un trabajo del diario 2001.
El psicólogo Andrés Hurtado compartió que “la adicción por los videojuegos ha sido un problema desde hace años, pero en actualmente se agravó como una de las tantas consecuencia de la pandemia por todo el tiempo libre que esta dio a las personas”.
Hurtado explicó que “esto comenzó como una distracción para los jóvenes. Era una manera de evitar el aburrimiento, pero luego se convirtió en una necesidad porque le invirtieron muchas horas de su día. Entonces los niveles de dopamina y serotonina subieron, causando que el cerebro exija esa sensación gradualmente. Tal y como la adicción de un alcohólico o un fumador”.
Igualmente destacó que “la euforia por los gamers (jugadores de videojuegos en línea) hizo que más personas se interesan en los juegos, ya sean por computadora o en celulares. De esa manera muchos cayeron en la adicción de esta práctica”.
Señales de ser adicto a los videojuegos
El especialista indicó que uno de los signos de adicción al “gaming” es el descuido personal y social. “El no prestarle atención a sus deberes y no tener responsabilidad con las actividades personales es la señal más grande. Seguida del rechazo a la interacción social no online como preferir quedarse en casa que visitar a un familiar o un amigo para tener tiempo para jugar”.
Entre los riesgos destacó los cambios drásticos de ánimo, la pérdida de fuerza física, el aumento descontrolado de peso y etapas de insomnio.
“Les dan ataques de ansiedad porque no pueden jugar cuando quieren, ya sea porque deben hacer algo en específico, porque están en la calle o porque las consolas fueron confiscadas por sus representantes”, relató Hurtado.
En cuanto a los riesgos físicos destacó que “el pasar tanto tiempo acostados o sentados, ya sea frente a la computadora o con el teléfono, hace que el cuerpo pierda resistencia física y se canse con actividades sencillas”.
Además, agregó que sufren de insomnio porque usualmente las horas que gastan para jugar son las de la noche “porque de esa manera no serán interrumpidos”.
Para evitar estos casos, el psicólogo recomienda la restricción de las consolas en los niños y la supervisión de horas de uso. “El problema comienza cuando abusan de las horas de uso y no hay más prioridades aparte del juego”, reflexiona.
Por: Agencia