Representantes de actores, artistas y operadores de cine en Bélgica manifestaron el martes su inconformidad con la decisión del gobierno de cerrar salas de cine y otros centros culturales por preocupaciones sobre el coronavirus.
Bajo un nuevo conjunto de restricciones impuestas el fin de semana, se ordenó a los cines, salas de conciertos y centros de arte que cerraran sus puertas. Algunos permanecieron abiertos en protesta. La orden se produjo a pesar de la evaluación del comité científico que advirtió al gobierno que esos lugares no representan un riesgo adicional para la salud pública.
La asociación gremial FEAS dice que la medida es infundada, injusta y desproporcionada y que, junto con varios grupos culturales y de derechos, apelará ante el Consejo de Estado de Bélgica, que tiene el poder de suspensión o revocar tales decisiones.
Después de reunirse el martes con representantes del sector, el ministro de Salud, Frank Vandenbroucke, dijo a la emisora estatal RTBF que “no hay posibilidad de revisar de inmediato la decisión” del gobierno.
Miles de artistas, operadores de cine, organizadores de eventos y otros artistas belgas se manifestó el domingo por el cierre de la vida cultural del país para detener la propagación de la variante ómicron.
Los eventos como los mercados navideños pueden continuar, a pesar de sus fiestas de vino caliente bulliciosas y, a veces, caóticas, mientras que los restaurantes y bares pueden permanecer abiertos con algunas restricciones.
Por Agencia