A la mujer ni con el pétalo de una rosa dice una vieja frase que aún se escucha entre las personas conocedoras de la sabiduría popular. Sin embargo, las cifras de femicidio del año pasado, y lo que va del presente parece indicar que ese adagio se diluye en el mar del olvido y las lágrimas, una situación «lamentable» al conmemorarse hoy el Día Internacional de la Mujer.
Sólo este año, según la página Cotejo.info, hasta febrero, Venezuela contabiliza 32 casos de mujeres asesinadas. Mientras que año pasado, para esta misma época, contaron 34. Es decir la cifra se mantiene. En conversación telefónica con Foco Informativo, Osman Rojas, periodista de Cotejo y encargado de contabilizar los casos, detalló que 10 de las víctimas fueron asesinadas con arma de fuego y seis fueron con arma blanca, los otros métodos más utilizados por los asesinos fueron estrangulamiento, la fuerza bruta y la quema.
La base de datos del comunicador señala al menos el 50 por ciento de los perpetradores, es decir 16, fueron detenidos, 10 evadieron a las autoridades y seis cometieron suicidio.
En cuanto a las ciudades con más casos de mujeres asesinadas, el estado Miranda encabeza la lista con seis casos, seguido por el área metropolitana de Caracas con cuatro y Anzoátegui con cuatro casos. El estado Zulia ocupa el penúltimo lugar en la lista con dos en contraste con el año pasado cuando ocupaba el tercer puesto.
Más violentos
“Las primeras cinco víctimas de 2021 fueron ultimadas con el uso de la fuerza bruta. También vemos que hubo casos de mujeres quemadas por lo que vemos un aumento en los niveles de la violencia”, indica Rojas.
Para César Heredia, periodista del mismo medio y quien también estuvo encargado hasta el año pasado de monitorear y cuantificar este tipo de casos, es difícil definir si hay un aumento en la violencia de estos crimines. Señala que con las redes sociales la información fluye mucho más rápido y con mayor detalle que antes.
“Hace 20 años sabíamos los detalles que daban los periodistas de sucesos en la prensa y, si era muy dantesco, trascendía al punto de convertirse en un ‘caso famoso’».
Sin embargo, explica que no es menos cierto que el país vive en una época de descomposición social tal, que crímenes “monstruosos” ya no nos sorprenden como antes, lo que asegura es grave porque “vemos con más frecuencia actos atroces en contra de la mujer”.
En esa misma onda Rojas afirma que durante su monitoreo ve como diarios que daban poco espacio a los crimines contra mujeres, hoy los destacan y hasta dedican secciones especiales para ese tipo casos.
Pandemia de violencia
Las estadísticas de varios países del mundo indican que hubo un aumento de la violencia de género desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia y después que cada nación ordenó el confinamiento para evitar la expansión del COVID-19.
Estefanía Reyes, coordinadora del Proyecto Mujeres, detalla a este medio que Venezuela no escapa de esta realidad. “Antes de la pandemia, una de cada tres mujeres había experimentado o experimentaba abuso físico o sexual por parte de su pareja o alguien allegado dentro del espacio doméstico”.
Luego con la pandemia y el aislamiento forzado muchas mujeres y niñas quedaron encerradas con sus maltratadores en medio de circunstancias aún más tensas y conflictivas. Eso trajo como consecuencia un aumento sustancial de la violencia doméstica, que se notó en el aumento a las llamadas a los servicios de atención psicológica y legal.
Añadió que en el Venezuela el Estado no respondió a la emergencia ni garantizó los recursos que necesitan las mujeres y las niñas para proteger su integridad y bienestar, por lo que quedaron “desamparadas y aún más vulnerables. Eso, por supuesto, se refleja en el aumento de las cifras de femicidios que lamentablemente vemos cotidianamente en la prensa”.
Reyes destaca que aunque Ley Orgánica por el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia es una de las más amplias de la región, siempre hay espacio para que las leyes puedan mejorar y adaptarse a los tiempos que vivimos.
“Lo que se necesita con más urgencia es que la ley tenga una normativa explícita y detallada que facilite su cumplimiento, que se eduque a los funcionarios del sistema de justicia para que entiendan la ley y su contexto y que las mujeres encuentren en las instituciones del Estado espacios seguros y eficientes para resguardar sus derechos y los de su familia. En estos momentos, nada de eso se cumple”, apunta.
La activista agrega que las mujeres que se atreven a denunciar que son o fueron víctimas de violencia de género lo único que encuentran son mayor revictimización y violencia en los organismos públicos y de seguridad.
Pero aclara que también existe mucho desconocimiento sobre las leyes y los derechos de las mujeres y las niñas. “Por eso, hace falta un gran esfuerzo institucional para educar a la población en general y brindarle los recursos que necesitan para materializar sus derechos y libertades”.
Por: José Manuel Sánchez