viernes, noviembre 8

Detenido por abusar sexualmente de tres hijos y tres hijastros

Existe indignación en la comunidad del barrio El Río de San Cristóbal, por los abusos sexuales a que fueron sometidos seis niños en un refugio para damnificados ubicado en la calle principal de esa barriada, donde un hombre, con la complicidad de su concubina, supuestamente abusó de seis niños, tres de ellos sus propios hijos y tres hijastros, a quienes mediante amenazas obligaba a mantener silencio.

Aunque algunos se atrevieron a notificarlo a su progenitora, ésta no tomó cartas sobre el particular y, por el contrario, les obligaba a callar para evitar que el caso llegara a conocimiento de las autoridades y se produjeran consecuencias contra el referido sujeto.

El comisario Wílmer Uribe Guerrero, director del Cicpc Táchira, dijo que las autoridades tuvieron conocimiento sobre la grave situación por información aportada de manera confidencial por personas que tienen residencia en el sector, que solicitaron la intervención del Cicpc en protección de la integridad física de varios niños que estaban siendo abusados, hecho que desde hace algún tiempo venía ocurriendo en este refugio para damnificados, ubicado en la calle principal del barrio El Río, en la parte baja de la ciudad.

Ante la gravedad de los hechos, el mismo comisario Uribe, junto al jefe de la delegación municipal San Cristóbal, comisario Carlos Javier Luna, y funcionarios de la Brigada de Protección al niño, niña, adolescente, mujer y familia, se trasladó al lugar para verificar la situación y se procedió a la aprehensión del sospechoso y su pareja.

Ambos quedaron identificados como: R. A. Ibarra Contreras, de nacionalidad venezolana y 39 años de edad, conocido con el apodo «el Gato», y su concubina D. Depablos, de 43 años, de oficios del hogar. Las investigaciones iniciales daban cuenta sobre el supuesto abuso sexual cometido contra seis infantes, entre ellos dos niñas de cinco y nueve años y un niño de diez, hijos del hombre, y tres hijastros, de 9, 10 y 11 años de edad.

El director estadal del Cicpc Táchira dijo que los hechos ocurrieron en el refugio conocido como Funtaes y que los funcionarios, de manera discreta, lograron trasladar a las víctimas hasta el Servicio Nacional de Medicinas y Ciencias Forenses para ser sometidas a valoración por parte de médicos forenses, que lograron precisar que el abuso contra los niños había sido cometido de manera reiterada, desde fecha no reciente.

Uribe dijo de igual manera que, de acuerdo a las investigaciones, el sujeto se aprovechaba de su superioridad física y la autoridad que ejercía sobre los niños, para someterlos, y que luego se ocupaba de intimidarlos mediante amenazas para obligarlos a guardar silencio. No obstante, algunos de ellos le contaron a la progenitora, pareja sentimental del Gato, lo que venía ocurriendo, pero esta no les prestó atención, ni acudió a las autoridades. Por el contrario, les exigió mantener silencio para evitar algún tipo de problema en contra de su concubino.

Las aprehensiones fueron practicadas la noche del jueves 4 de marzo, y los ciudadanos trasladados a la sede del Cicpc, en cuyos calabozos permanecen, a órdenes de la Fiscalía XXII del Ministerio Público.

Embarazó a su hijastra

Otro caso de supuesto abuso fue cometido contra una adolescente de 14 años de edad, en el sector Doradas, cerca de San Rafael de El Piñal, municipio Monseñor Alejandro Fernández Feo, presuntamente por el padrastro de la víctima, que para obligarla a guardar silencio la amenazaba con causarle daño tanto a la progenitora como a los hermanos de la muchacha, que atemorizada no revelaba a nadie lo que estaba ocurriendo.

El comisario Uribe dijo que, a mediados de la semana pasada, la menor reveló todo a su progenitora y ella de inmediato se trasladó a la sede del Cicpc, delegación municipal San Cristóbal, donde consignó la correspondiente denuncia. Una comisión detectivesca se trasladó hasta la finca Zamorana, en Doradas, donde procedió a la aprehensión del sospechoso, pareja de la progenitora de la adolescente.

Por: Agencia