jueves, noviembre 21

Muere Monseñor Tulio Manuel Chirivella, Arzobispo Emérito de Barquisimeto

El Obispo de San Felipe y Administrador Apostólico de Barquisimeto, Monseñor Víctor Hugo Basabe, confirmó este domingo el fallecimiento de Monseñor Tulio Manuel Chirivella, Arzobispo Emérito, en la ciudad de Miami.

“Con profundo dolor y con la certeza puesta en el Resucitado, debo comunicarle a todo el pueblo fiel de Barquisimeto que hace aproximadamente una hora falleció en Miami Mons. Tulio Manuel Chirivella, Arzobispo Emérito, gran pastor de su pueblo. Paz a su alma. Dios sea su descanso”, publicó en su cuenta de Twitter.

El pasado 14 de noviembre Monseñor Tulio Manuel cumplía 88 años de los cuales 64 los dedicó por completo a la vida religiosa.

A pesar de los años y los quebrantos de salud, Monseñor seguía rezando desde los Estados Unidos por todos los venezolanos y en especial por los barquisimetanos, quienes lo recibieron desde el año 1982 cuando fue nombrado Arzobispo de Barquisimeto, cargo que ocupó hasta el año 2007.

Un firme defensor de los derechos humanos y de la democracia. Siempre presto a escuchar y ayudar a todo el que se acercaba a la Av. Los Abogados en donde residía mientras vivió en Barquisimeto, la ciudad que lo recibió y en donde trabajó por los más necesitados.

Chirivella fue fundador del Seminario Juan Pablo II ubicado en El Manzano.

El 14 de noviembre de 1932 en Aguirre, estado Carabobo, nació Tulio Manuel Chirivella.

De acuerdo con datos aportados por la Conferencia Episcopal, este hombre de Dios fue hijo de don Manuel Antonio Chirivella Mendoza, carpintero y sastre; y doña Rita Amelia Granadillo de Chirivella.

Ingresó al seminario de Valencia con apenas 13 años, el 8 de septiembre de 1945. “Más tarde, en 1950, fue enviado junto a dos compañeros (que al poco tiempo desisten), al Pontificio Colegio Pío-Latinoamericano de Roma. Allí permaneció seis largos años. El 11 de noviembre de 1956, con 24 años de edad, fue ordenado Sacerdote en la Catedral de Valencia.

Escogió como lema sacerdotal “Me gastaré y desgastaré para la Gloria de Dios”. Y así fue, durante toda la carrera sacerdotal, llevado la Palabra de Dios dando testimonio de su amor y misericordia.

Por Agencia